DE CIERRES DE CAMPAÑA
CON SAL Y LIMÓN
Por Luis Armando Fuentes Valencia
El que junta estas letras asistió el domingo 24 a los cierres de campaña de Norma Araceli Carrillo en la Cancha techada de La Trinidad y después al de Donaldo Zúñiga en el Jardín Principal de Comala para corroborar lo dicho en la última entrega de CON SAL Y LIMÓN.
El primero de ellos tuvo una concurrencia muy alta pues se desbordó la Cancha y muchos tuvimos que permanecer de pie en la misma y muchos permanecieron en el área de juegos infantiles unos y en el Jardín otros. El denominador común entre los asistentes era el entusiasmo.
Me dijeron que muchos que iban de La Becerrera, de Cofradía de Suchitlán y de otras comunidades del norte no habían podido llegar porque caía una fuerte tormenta cuando los autobuses partieron, mientras que en La Caja hubo tantos que el autobús tuvo que hacer un viaje extra y que el pozole y las bebidas que se sirvieron al final, habían sido producto de la iniciativa de algunos de los seguidores de la candidatura de Norma Araceli Carrillo.
El mitin propiamente dicho, tuvo sus altibajos: Primero hablaron Claudia Yáñez y Joel Padilla que hicieron discursos cortos, claros y correctos y a cambio recibieron aplausos y muestras de adhesión por parte de los asistentes.
Luego vino la etapa mala: Araceli García Muro, mentirosa y con actitud priísta presumió a los asistentes que es una acabada luchadora social, pues desde que tenía 7 años de edad ha sido defensora de los derechos humanos.
Nadie le creyó, pues además de lo evidente de su mentira, eso debió ocurrir hace 50 años y entonces, no se hablaba de derechos humanos. Las pláticas posteriores eran de risa y crítica. Además, se refirió a su marido italiano, lo cual no era un buen tema en un acto político, pues eso, a nadie nos importa.
Después continuó un tal Eder López, que se anunció como Coordinador Nacional del Movimiento de Encuentro de Jóvenes del PES. Hizo un discurso malo, largo y tonto, caracterizado como discriminatorio hacia los viejos, pues en su limitado concepto, los jóvenes son lo único importante sólo por poseer el mérito de ser jóvenes; desconoce ese político que cuando los jóvenes crezcan, si lo hacen, dejarán de ser eso y se convertirán en viejos. Pero faltaba lo mejor, pues luego vino el discurso de Norma Araceli Carrillo que fue ovacionada como estrella de rock y no defraudó a sus seguidores: Su discurso fue bueno y bien recibido. Era su consagración, dijo alguno de los asistentes. Se llevó la tarde, sin duda. Finalmente tocó turno al pozole y a la banda.
Me sorprendió, debo decirlo que al acto asistimos un gran número de comaltecos de la cabecera municipal pero también de las comunidades. Hubo muchos jóvenes, pero también muchos viejos. Y también se encontraban muchos panistas o ex panistas, de esos que se hubiera pensado que jamás estarían en algún acto que no fuera de azulejos.
Araceli García Muro en su discurso no habló de hambre ni de pobreza ni de la mala distribución de la riqueza (otros sí lo hicieron, mientras esta candidata nada importante dijo, pues). No justificó su calidad de candidata (no tiene estatura para serlo), pero en la última etapa, la del convivio, demostró su compromiso en el combate frontal al hambre: Junto con sus asistentes, devoró una enorme cantidad de pozole y tostadas y lo hicieron aisladas de los demás, subidas en el vehículo de la candidata.
Una mala selección de su coalición, no cabe duda. Un amigo comentó que la aspirante a diputada local no quiso cooperar con nada para el convivio; así que se comportó como convidada, y como una importante. Dirían los viejos comaltecos, en su salud lo hallará…
Araceli Carrillo por su parte, me confirmó lo que transmití a mis escasos lectores en la última entrega de esta columna, Araceli ya ganó la Presidencia Municipal. El acto de ayer así lo confirma: Había que cerrar su campaña exitosa y lo hizo (era un trámite); el domingo se debe votar y lo haremos (ese será otro trámite): Pero ya ganó. Si algunos no lo quieren, más vale que se hagan el ánimo, pues ya ganó.
La reunión de los panuchos convocó un buen número de asistentes, pero la mayoría no eran del municipio y muy pocos eran viejos. Comentaba alguien que había ido de curioso, pero que los viejos ya conocemos al candidato, el cual, desde su punto de vista, no puede volver a engañarnos. Había frialdad entre los asistentes. Solo hubo entusiasmo cuando lo despertaron el pozole (que sobró) y la banda. Confirmó mis impresiones existentes antes de los cierres, pues no se pueden ganar elecciones si no hay entusiasmo en los votantes. Eso no miente.
Me topé allí con algún amigo azulón, conocido por defender a su Partido con mucha vehemencia y sin ocultar su decepción me dijo que allí solo había habido cinco de Comala y luego razonó: Ahora le toca el turno a Morena.
Solo queda decir: A votar el domingo y a hacerlo por quien cada quien crea que es el mejor, pues en ambos cierres, algunos asistentes mencionaron sus temores por la compra de votos que hacen ya los tricolores (y los verdes).
Es todo. Nos encontraremos pronto.
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