LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Extracto y más información en http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/colima/1_2.html
EL PERIÓDICO LA RECONQUISTA
Cuando Francisco Solórzano Béjar, años más tarde fue gobernador de Colima, el presidente regional de la A. C. J. M., era Dionisio Eduardo Ochoa, joven de 25 años de edad que por aquellos días trabajaba en las oficinas de la Tesorería del Estado y que, a la vez, era el director del valiente semanario La Reconquista.
Los muchachos de La Reconquista, más de una vez merecieron, por su actitud noble y gallarda, no sólo el respaldo de Colima, decidido y ardiente, sino aun la aprobación, bendición y elogio del Metropolitano, el Excmo. Sr. Arzobispo de Guadalajara, Don Francisco Orozco y Jiménez, gloria del Episcopado Nacional, a quien justamente ha dado en llamarse Francisco el Grande.
El valiente semanario fue perseguido. Eran tiempos de arbitrariedades anticonstitucionales: los muchachos papeleros que lo vendían, con mucha frecuencia eran golpeados y aun llevados a la inspección de policía, después de robarles su periódico; pero en contra de todo viento y marea el periódico se seguía vendiendo clandestinamente. El pueblo lo esperaba, lo buscaba anhelante y el tiraje hubo de multiplicarse, a medida que se le perseguía.
AFRONTANDO LA LUCHA
Un día el gobernador Lic. Francisco Solórzano Béjar decidido a acabar con la voz viril de aquel periódico católico, llamó a Dionisio Eduardo Ochoa a su despachó. Ochoa se presentó inmediatamente.
- Mire usted, Nicho -así le llamaban-, vea que no obstante su credo y sentimientos religiosos que lo hacen enemigo del régimen, nosotros lo hemos respetado y le tenemos cariño; mas una cosa es su credo interno y sus propios sentimientos en los cuales nadie tiene que meterse y otra es la actitud externa y pública de sus creencias y no vamos a permitir más que Ud. siga perteneciendo a agrupaciones enemigas del Régimen Revolucionario, como es la A. C. J. M., de la cual es Ud. presidente, y sea director de un periódico que continuamente nos ataca, y a la vez esté trabajando con nosotros en una oficina de gobierno. Por lo cual, o deja Ud. La Reconquista y la A. C. J. M., que ninguna utilidad económica le producen, o pone su renuncia a su empleo de la Tesorería. Si en cambio, Ud., pensando mejor, se decide a abandonar la A. C. J. M., y el periódico, nosotros lo mejoraremos y lo ascenderemos en su empleo, teniendo menos trabajo y mejores utilidades.
- Yo no trabajo en la dirección de La Reconquista -contestó resuelto Ochoa- ni pertenezco a la A. C. J. M. por utilidad económica. Es cierto que soy pobre; pero el dinero no compra mis convicciones. Yo trabajo en La Reconquista y pertenezco a la A. C. J. M., porque soy católico consciente y creo un deber mío trabajar cuanto pueda, en favor de la justicia y la verdad. Por eso, ni renunciaré a la dirección de La Reconquista, ni a la presidencia de la A. C. J. M., ni tampoco a mi trabajo en la oficina de la Tesorería del Estado; pues yo creo no haber faltado a mis deberes. Si Uds. quieren correrme, está bien; pero tengan la bondad de exponer en el oficio en que se me cese los motivos de mi separación.
Y Dionisio Eduardo Ochoa fue separado de su empleo; mas en ello estuvo la mano de Dios, pues ni le faltó el trabajo, y sí tuvo más facilidades para el apostolado, para luchar por el Reinado de Cristo, que era el ideal de su corazón....CONTINUARÁ
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