lunes, 16 de octubre de 2017

Política y Gobierno sinónimo de corrupción y falta de ética en administración pública

EN LA OPINIÓN PÚBLICA, EXISTE LA IDEA DE QUE EN LA POLÍTICA Y EN EL GOBIERNO EXISTE CORRUPCIÓN Y QUE QUIENES PARTICIPAN EN ESTE ÁMBITO SON CORRUPTOS

Históricamente, la corrupción política ha sido objeto de reproche moral en todas las sociedades, los testimonios de las diferentes culturas así lo prueban.
Aunque también es a partir de los últimos años que han cobrado importancia las herramientas por combatirla, una de ellas la Ética Pública.
Si bien algunos gobiernos han comenzado a realizar acciones para fomentar la ética pública, muchos políticos y funcionarios públicos aún se encuentran lejos de vivir con ética.
La manera de impedir la corrupción y evitar que los individuos que ocupan cargos públicos practiquen actitudes indebidas conduce a la afirmación de que la causa inevitable de la corrupción es la conducta deshonesta del actor público, y esto sucede porque el individuo decide realizar la acción corrupta.
Si el individuo ya ha decidido cometer un acto corrupto, planeará la manera de evadir las normas y los mecanismos de control. En todo caso está en él la decisión de actuar o frenarse. Y esto último puede lograse gracias a la sensibilización, al desarrollo de la conciencia, a la madurez de juicio, resultado del establecimiento de unos principios internos y un dominio del carácter
La ética, al referirse al ámbito público, implica necesariamente relacionarse con la política, no se limita a los funcionarios públicos. Un buen gobierno no sólo requiere funcionarios responsables sino también políticos responsables, puesto que son éstos últimos  principalmente quienes gozan del máximo margen de autonomía en las decisiones y de estas depende a su vez la actuación de los principios. 
La ética pública es un elemento importante para hacer contrapeso no sólo a la corrupción sino a las distintas actitudes anti éticas al inyectar un conjunto de principios y valores y así revitalizar por un lado a las instituciones públicas y por otro a los servidores públicos, entendiendo como tales a aquellas personas que ocupan un cargo público y sirven al Estado: políticos y funcionarios.
En los últimos años han salido a la luz pública escándalos de corrupción que han desacreditado la imagen de los servidores como de las instituciones públicas generando que la ciudadanía pierda la confianza en sus gobernantes. Porque éstos últimos son los responsables de solucionar las demandas ciudadanas, de dar satisfacción a la pluralidad de intereses.
En general, en la opinión pública, existe la idea de que en la política y en el gobierno existe corrupción y que quienes participan en este ámbito son corruptos. 
Todo individuo que participa de la función pública debe tomar conciencia de que el servicio público se define como la acción del gobierno para satisfacer las demandas y necesidades de las personas que integran el Estado.  El servidor público se debe a su comunidad, su sueldo es pagado por la sociedad y por lo tanto tiene una responsabilidad y un compromiso con ella. 
El político y el funcionario público no deben olvidar que están para servir a la comunidad no para servirse de ella. Todo buen gobernante sirve a su país y no se sirve de él.
En descargo y que sirva de reconocimiento a quienes verdaderamente tienen vocación de servicio, debemos considerar el derecho de la duda; porque si bien existen servidores públicos irresponsables y corruptos también existen servidores públicos honestos, personas con respeto a su trabajo y comprometidas con sus tareas las cuales contribuyen a la marcha y desarrollo de las instituciones.
Esto porque, la corrupción ha existido y existirá cualquiera que sea el sistema político y la época histórica. 
También porque la conducta del individuo hacía la corrupción nos hace pensar que es una actitud inherente al ser humano la cual, debido a la alteración de valores sociales en las sociedades contemporáneas se ha venido incrementando.
Sin embargo, el hecho de reconocer que siempre ha existido corrupción no nos exime de reflexionar y plantear un conjunto de medidas a fin de mermar su alcance.  Porque, la ética pública no solo se refiere a la lucha para prevenir y evitar la corrupción, sino que va más allá, implica dominar el carácter e invita a adentrarse en el ser honesto.



El que ordena estas frases y reflexiones les pregunta amigos lectores; ¿Ustedes que opinan del gobierno que tenemos y su referencia con estas letras?



















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