miércoles, 13 de diciembre de 2017

La Navidad y el poema "Chinga tu Madre Santa Claus", por el Profe Pepo

LA NAVIDAD Y EL POEMA TITULADO “CHINGA TU MADRE SANTA CLAUS”Profr. Telesforo Ramírez Montes 

Esta noche es noche buena y mañana navidad. Hoy, a abrir los regalos en las casas a donde sí llegó el niño dios o santa claus, según sea la tradición, en no pocos hogares habrá decepción porque no trajo la divinidad lo que le pidieron, en el mejor de los casos, en otros los juguetes, las bicicletas, los patines o los aparatos electrónicos nunca llegaron, el niño dios está pobre, dicen los papás.
Hace unos días subí al Facebook un poema que se titula “chinga tu madre santa claus”, manifestando las diferencias económicas y sociales en la llegada de papá Noel. 
Una amiga mandó una fotografía de un niño en harapos y descalzo, viendo los juguetes de un aparador, juguetes que nunca tendrá porque su santa claus no tiene ni para darle de comer, son pocos los peces y están mal repartidos, … por eso, por eso “chingas a tu madre santa claus”, dice la poesía.
El citado poema lo leí en tres diferentes foros y todos coincidieron en que a ellos así les fue en su infancia, en este día 25 de diciembre les decía su mamá, el papá no tenía el valor de darle la cara al hijo, cómo decirle que no hubo para regalos, ve con tu padrino Esteban Jiménez el Murcia para ver si allá te dejó algo el niño dios, hacia allá llevaba aquel niño la esperanza de un regalito, la distancia de cuatro cuadras que separaban su casa de la casa de su padrino le parecían eternas, llegaba y el niño dios le había dejado una trompetita de hoja de lata., contento aquel niño se regresaba tocando su corneta por aquellas calles empedradas, todos los vecinos escuchaban aquel himno a la pobreza, tocado con aquel infantil instrumento musical, llegaba con su mamá y le decía, el niño dios me dejó esta trompetita con mi padrino, sus ojitos brillaban por la alegría de tener aquel pequeño juguete., por eso “chingas a tu madre santa claus”. Totalmente de acuerdo, me dijo el güero Vargas. 
En la casa de una maestra el niño dios le trajo una bicicleta a su hija, pero cómo contestar la pregunta de una sobrina que le hace esta observación, tía, mi prima y yo nos portamos igual pero sólo a ella le trajo bicicleta, a mi hermana y a mí no y las tres le pedimos lo mismo al niño dios, ¿Por qué a nosotros no nos trajo nada?, con el corazón partido, pero con la mente ágil, aquella maestra le contesta a su sobrina, si les trajo hija., me dijo el niño dios que esa bicicleta era para las tres. Contentas las tres niñas se turnaban el uso de la bicicleta que les trajo el niño dios, por eso…, “chingas a tu madre santa claus”. Totalmente de acuerdo me dijo la maestra Teresa Emilia.
Unos camioncitos de hoja de lata con ruedas de corcho lata y unas muñecas de cartón con olor a cola, fueron la alegría de aquellos pequeños que nunca les había amanecido nada, ni con las tías ni con  los padrinos, aunque ese niño dios sufrió una golpiza cuando el papá se dio cuenta de que el niño dios había comprado los juguetes con el presupuesto que tenía para otras mujeres y para la borrachera, aquellos niños se arrepintieron de haber recibido los regalos del niño dios, por eso “chingas a tu madre santa claus”. Totalmente de acuerdo dijo el maestro Oliva.
Hoy aquellos niños que no les amanecía regalo el 25 de diciembre, son papás y abuelos, hombres y mujeres en otro nivel económico y social, las casas de cuatro horcones y lámina de cartón se han convertido en casa de vaciado con cuatro recámaras, gran cocina, amplios corredores y tres o cuatro baños. La diferencia la ha marcado la movilidad social y económica, los medios de producción han cambiado, el norte o una profesión han marcado la diferencia, “ahora si chilla la cazuela con mantequita”, lo que antes era irse a dormir con una tortilla dura y un vaso de agua se ha convertido en cenas de pavo o birria en la noche buena; a l

os hijos y nietos si les llega el niño dios. Aquellos niños pobres hoy prefieren no recordar su difícil infancia, Dios quiera y la educación nos lleve a crear una sociedad con menos desigualdades, la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor, más de cincuenta millones de pobres mexicanos sufren por esa desigualdad, el norte y las profesiones no dan para más. Tener una profesión no es sinónimo de progreso, hay licenciados, maestros y doctorados desempleados.
El norte es la única puerta de salida que nos están dejando, aunque ahora con Trump quién sabe cómo nos vaya. Dios se apiade de nosotros porque los políticos son cada vez más egoístas, su rastrillo es sólo para su lado, por eso, por eso “que chinguen a su madre los políticos” que provocan la desigualdad y la pobreza. Totalmente de acuerdo dicen los mexicanos. 

Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos.
El alma se me está haciendo de papel, al escribir y leer estas reflexiones no puedo evitar llorar, me estoy haciendo viejo, me duele la pobreza. Aquí les dejo no mis letras sino mi espíritu.
Salud y paz para tirios y troyanos.




























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