HISTORIA DEL MUNICIPIO DE COMALA, PARTE 3.6
Por el Profr. Rubén Jaime Valencia Salazar
PARTICIPACIÓN DE COMALTECOS EN
LA REBELIÓN CRISTERA (1926-1929
Llegado a su clímax el conflicto Político Eclesiástico por la expedición que hiciera la Legislatura Local, el 24 de febrero de 1926, del Decreto inspirado en lo dispuesto por el Articulo 130 de la Constitución General de la República, limitando a veinte en número de Sacerdotes en todo el Estado y debiendo cumplimentar éstos su registro ante las Autoridades Municipales y al ser negado el amparo interpuesto ante el Juzgado de Distrito, el 7 de abril de 1926 el Obispo José Amador Velasco ordena suspender los cultos y las juntas de vecinos se hicieron cargo de los templos.
El primer enfrentamiento se originó el 22 de enero de 1927 con el fatal desenlace del fusilamiento del jefe de gendarmes y tres agentes más, en la Ciudad de Colima.
Lo anterior trajo como consecuencia la confrontación armada que es conocida como “Rebelión Cristera” la que por esta región causó más estragos que la misma Revolución Mexicana de 1910, ya que además de la sangre derramada engendró odios y enemistades entre familias y los habitantes del municipio, prevaleciendo durante este lapso, por ambos bandos, la crueldad y ferocidad, resentimientos que ya terminado el conflicto fueron convertidos en innumerables asesinatos.
Gran contingente humano de Comala fué el que participó en esta causa cristera, distinguiéndose, entre otros:
José Verduzco Bejarano, Andrés Salazar Gutiérrez, Juan González Gutiérrez, Prudenciado Mendoza Regalado; J. Jesús Mejía Torres, Fernando Orozco, Leocadio Llerenas, Tomás Cruz, Francisco Cruz, Pedro Cruz Curiel, J. Isabel Guzmán y una gran cantidad de paisanos que formaron parte de este conflicto social.
COMBATE “EL BORBOLLON”
Un combate decisivo 4 y 5 de Junio 1929
El conflicto se había prolongado con las consiguientes consecuencias de grandes cantidades de pérdidas en vidas humanas, erogaciones económicas en ambos bandos, así como la falta de productividad agrícola y ganadera, además de la paralización del comercio por falta de seguridad y las nulas garantías individuales e inseguridad en la integridad física y en los bienes, sin que se vislumbrara una solución al conflicto.
El gobierno federal proporciona el auxilio y unidos con las autoridades estatales dan los primeros pasos para la pacificación y reanudación de cultos.
En mayo arribó al Estado numeroso contingente militar al mando del Gral. Eulogio Ortiz quien inició el ataque intenso a lugares estratégicos de concentración de “criterios”, bombardeando el día 22 el Cerro Grande y el día 25 inicia el envió de tropas rumbo al Volcán. A este respecto dicen los vecinos añosos de Comala”..., varios días pasaron por aquí largas filas de soldados, bien armados, rumbo al Volcán y nunca los vimos regresar”.
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