PALOMA, O PAJARETE ES UNA BEBIDA CON LECHE BRONCA PREPARADA CON UNA PISCA DE VINO O ALCOHOL, CHOCOLATE O NESCAFE, CON MIEL, AZÚCAR O PILONCILLO.
Desde los tiempos inmemoriales de la historia de
la humanidad, cuando nuestros antepasados empezaron a domesticar al
ganado bovino, caprino, etc., para aprovechar sus carnes y productos
lácteos, se dio origen esta costumbre de visitar a los amigos que tienen
sus ordeñas en la periferia de los pueblos o comunidades; y esta
ha
pasado de rancho en rancho, de generación en generación y de ahí se
desprenden los atributos espirituosos e inclusive afrodisíacos de un
exquisito vaso de leche de vaca, espumosa, recién ordeñada con una pizca
de azúcar; otros le ponen chocolate, ya sea de tablilla o rey amargo
despolvoreado o muchos ahora le ponen chocolate de trigo,
otros le
queman el azúcar con el alcohol para darle un sabor diferente de la
comúnmente llamada “paloma”, “pajarete” y otras cuya principal
característica es la bebida preparada con leche de vaca recién ordeñada,
chocolate, café, alcohol de 96 grados, y en ocasiones con mazapán y
vainilla.
La tradición es tomarla muy temprano por la mañana antes de ir a las labores agrícolas y jornales del campo.
Sin embargo, hay que decirlo que en la actualidad no solamente la
consumen los campesinos que hacen labores rudas en siembras agrícolas y
ganaderos, también niños (sin alcohol), amas de casa y muchos paseantes
que van de
paso y buscan corrales donde venden el tradicional pajarete.
Entre los amigos comentan que un vaso de espumosa leche caliente,
paloma o pajarete, da mucha fuerza a los trabajadores, por eso empezó la
costumbre, te lo tomas y
sientes el estómago lleno, no necesitas
desayunar nada más, porque es la sienten, muy nutritivo y sobre todo da
energía”, afirmó nuestro amigo Álvaro Montes Barajas, quien tiene su
corral de ordeña al norte de la población de Comala, cerca de los
depósitos del agua potable que surte la cabecera municipal y su corral,
se le conoce como “La Ordeña del
Rancho de Luis Montes”, padre del
aludido y a diario cuenta con una gran cantidad de palomeros.
Añadío, Álvaro Montes, que en su corral atiende diariamente a una gran
cantidad de amigos de la cabecera municipal y de las comunidades del
norte del municipio y
otros que llegan de los estados unidos, cuando
vienen a visitar a sus familiares en Comala, refirió.
Agrego que él
desde que se acuerda toma su vaso de leche caliente, -palomas o
pajarete-. “Mis padres tomaron la costumbre de sus padres y así desde
hace muchos años
atrás, en esta parte del pueblo de Comala, es una
tradición por las mañanas, yo no vendo las palomas; porque me da
gusto
que vengan temprano a visitarme y muchos me ayudan a ordeñar y dar de
comer al ganado y más rápido termino la ordeña: pero casi siempre
termino a las 9 de la mañana”.
En el mismo contexto fuimos a la
ordeña de mi primo el “Profe Carlos “Wisi” Valencia Cabrera”, en su
ordeña a unos 400 metros de la escuela la ETA, por el antiguo callejón a
las parcelas del ejido Comala y nos encontramos tomando leche caliente
al Profe “Chimano” Carrillo Escamilla y nos dijo que él disfruta su
bebida espirituosa con una cucharada o dos de chocolate soluble, una
cucharada de azúcar, un
chorro de vainilla, mazapán en polvo y dos o 3
dedos de alcohol de 96 grados al gusto, para que amarre y tenga buen
sabor, el cual lo disfruta de dos o 3 sorbos.
Dijo el Profe “Wisi”
que a su corral llegan personas de todos lados y les regala la leche que
ahí consumen en palomas, porque además es gente del pueblo y todos son
amigos. La leche de sus vacas tiene el certificado de sanidad animal y
eso da la certeza de que sus vacas están sanas, por lo tanto,
ese néctar
de la vaca nos da energía, es buena para la salud, porque se cumplen
con todas las normas de sanidad, no hay riesgo para quien la consume”,
aseguró.
Por otro lado, comentan algunos ordeñadores de los corrales
cercanos a la periferia que el personal médico veterinario de la
secretaria de desarrollo rural, con cierta
regularidad hacen muestreos
para que las vacas estén libre de brucelosis y tuberculosis y la leche
que producen sea apta para consumo humano y que mejor muestra que ellos
mismos llegan y se toman su leche caliente, algunos traen ya sus
jarritos de barro, los ingredientes y las vacas, ya que es la clave para
que la bebida se haga espumosa, con la presión de leche al ordeñarse.
Otro médico veterinario de la dependencia comento que normalmente se
inspeccionan las vacas desde las que dan máximo 10 litros de leche, las
cuales no se estresan., porque producen poco, a diferencia de las vacas
pintas que producen de 30 a 38 litros, entonces es ganado menos
susceptible a enfermarse.
“Esta costumbre es muy antigua entre los
jornaleros y trabajadores del campo, sin embargo, ahora, el gusto se ha
extendido a otros sectores sociales y mucha gente tiene curiosidad de
conocer esta bebida típica de los ranchos del estado”.
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