LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRAN CRUZ MONUMENTAL DE PADERCITAS, DEL MVZ RUBÉN ANGUIANO ESTRELLAViene de la edición anterior; 3a Parte y Concluye
Para ese entonces, dijo Bencho, yo estaba casado y llevaba a su esposa en el carro cuando iba a estudiar y me esperaba hasta que terminaba. Añadió el MVZ Rubén Anguiano con un suspiro y se dijo estar profundamente agradecido con el gobierno federal; porque le pago todos sus gastos para lograr esa especialización.
Hay una cruz que me señaló o marco el mensaje y fue que al encomendarme a Jesucristo cuando vi la cruz, Dios me mando a las personas y medios adecuados para que solucionara mis problemas en distintos momentos de mi vida; y ese es uno más de los motivos, además que cuando niño miraba la Cruz de Jesucristo, eso me hacía sentirme protegido y a la vez que me encomendaba a Dios para pedir que me ayudara para cumplir la misión en la tierra.
Así mismo agregar, dijo el mvz Rubén Anguiano, que de chavo, cuando pasaba por donde está la cruz de Nogueras, y me sentía salvaguardado y es que en ese tiempo, trabajaba llevando pan de Don Anselmo Fuentes, el papá de “Arturo El Muyo” con un chiquigüite en la cabeza y por inquieto., porque mi Papá tenía trabajo para nosotros, también trabaje en el campo, decía mi Papá “vayan a trabajar el campo, para que vean la chinga que también nosotros llevamos”., aunque nunca quiso que fuéramos campesinos, siempre nos motivó a que estudiáramos, pero nos decía para que aprendan y sepan esos oficios de la gente para que no los ignoren.
Sobre el terreno, -dijo Bencho- yo ya había comprado “El Rancho de Padercitas” y tenía la visión de los animales porque naci con ella, también de herencia por mis familiares, que eran sanadores de animales. Tengo mucha vinculación familiar de sanar a los animales.
El Comala que yo viví, era un Comala bucólico que significa; un pueblo como la Arcadia de Grecia, donde todo mundo vivía del campo, de los animales, de la agricultura, de los frutales., donde su gente no iba a la guerra, ya que ellos aportaban caballos, alimentos y otras cosas y ahora Comala es un pueblo internacional, es tan famoso como el “Macondo de García Márquez”., y nuestro Comala es el “Pueblo Mágico de Juan Rulfo”, ES UN REALISMO QUE SE PLASMO EN ESTE PUEBLO y es un pueblo universal y es nuestra obligación encumbrarlo así.
Finalmente y hasta el momento otro suceso que me marco para construir esta cruz, les comento, -dijo Bencho-, que un día llegue a mi potrero de Padercitas a las 4 de la mañana porque tenia vacas de ordeña y ya tenía la puerta de golpe, esa de fierro en la entrada, vine en mi carro, un grand marquis del año, me paro en la puerta para abrirla, deje la puerta del carro medio abierta, me bajo, quise abrir la puerta de fierro de acceso a mi rancho y por la pendiente del camino, el carro se empieza a ir de reversa, corrí al carro, me medio subí al carro, que estaba nuevecito, tenía un mes con el, caigo en el asiento dejo la pierna izquierda afuera, con la otra le piso al freno (que yo creí), y no supe que paso, porque nunca pude poner el freno; yo creía que lo ponía, pero caía en el acelerador, y le pise al freno imaginariamente, pero era el acelerador.
Cuando sentí que se aceleró, suelto el pie del freno y le vuelvo a pisar y volví a caer con el pie al acelerador; le hice 3 veces el intento, y era al acelerador, sentí que iba recio en reversa arrastrando el pie y mi instinto y razonamiento fue torcer el volante y a chocar aquí y después de llevarme el alambrado, llegue a donde estaba una gran piedra donde el carro quedo como bimbalete y ahí están los cimientos de la cruz; recuerdo el carro quedo sobre la piedra y balanceándose y con las luces prendidas, en ese momento llegó mi encargado del Rancho Juan Venegas y me auxilió para ver si no me había pasado algo; afortunadamente la puerta no chicoteo si lo hubiera hecho, me corta la pierna y bendito sea Dios que se quedo pegada, se pego el claxon y cuando llegó Juan del Rancho, le explique lo que paso y gracias a Dios, no me paso nada.
En el momento del peligro, me encomendé a Jesucristo nuestro señor y a la Santa Cruz, y con su protección divina, bendito sea Dios no me paso nada, solo el susto por el incidente; después por la mañana llegó la grúa para llevar el carro a reparar y con el mecánico a revisar, pero el carro, ya no me gustó. ¡Que bueno que el carro se chingo y ya no jalo, pero yo aquí sigo!
UNA RAZÓN DE FE, OTRA DE AGRADECIMIENTO POR HABERME PROTEGIDO EN EL ACCIDENTE Y OTRA DE GRACIAS POR PONER EN MI VIDA A QUIENES ME AYUDARON A SUPERARME PARA SERVIR MEJOR A QUIENES ME RODEAN., Concluyó el MVZ Rubén Anguiano Estrella, Comalteco considerado como uno de los mejores en su actividad profesional.
Correo electrónico Bencho
rubenanguianomsc@gmail.com
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