sábado, 31 de mayo de 2014

Los Buchones de Comala, Por el Profr. Rubén Jaime Valencia Salazar

LOS BUCHONES DE COMALA
Costumbres de mi pueblo
Profr. Rubén Jaime Valencia Salazar 
Entre las costumbres de los moradores de los pueblos de antaño era el de nombrar a los naturales de un barrio, comarca, territorio, provincia o poblado con un gentilicio, no congruente con el apropiado al nombre de su región, si no de manera despectiva, haciendo exhibición a sus abundancias, carencias, agrados y hasta por sus enfermedades o defectos, por ello era común escuchar….”fui con los iguaneros (de Tecomán), platiqué con una anonera (de Villa de Álvarez), mi amigo es chigüilinero (de Coquimatlán), tengo una novia rodillona (de Colima)…”.
Los habitantes de la población de Comala, durante muchas décadas, cubrieron sus necesidades de agua, para el consumo humano, de los nacimientos localizados en las márgenes de los ríos San Juan y Comala o Suchitlán, de éste en un espacio cercano a la calle Degollado denominado “los chorritos”, que se originaban entre unas peñas y a donde concurrían a surtirse del vital líquido multitud de hermosas y jóvenes hembras llevando sobre uno de sus hombros un  oloroso, limpio y reluciente cántaro de barro rojo, quienes aprovechaban el momento del trayecto y el llenado para dialogar con su enamorado.
Los habitantes ignoraban que la mayoría de los manantiales carecían de YODO, indispensable para impedir la enfermedad de la glándula tiroides, caracterizada por un aumento en el tamaño de ésta y visualizada externamente como una inflamación en la cara anterior al cuello, denominada BOCIO, o por lo común BUCHE.
La existencia de este padecimiento en considerable número de vecinos de la población dio origen a que se les conociera como: LOS “BUCHONES” DE COMALA.



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