LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA, Libro Primero 2ª Parte; Periódico La Reconquista
Extracto y más información en http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/colima/1_2.html
Un día -era cerca del Carnaval del 1925- el Profr J. Concepción Fuentes, que era del Cuerpo de Redacción del periódico católico tan odiado y perseguido, fue cesado en su empleo -era Director del Asilo de Niños- por creérselo autor de un artículo bien cortado en contra de tanta inmoralidad y perversidad del régimen imperante. En realidad, J. Concepción Fuentes no era el autor del artículo: el autor había sido el mismo Dionisio Eduardo Ochoa; pero, llamado a juicio el Profesor Fuentes no se disculpó; reconoció ser del cuerpo de redacción de La Reconquista y, con relación al artículo en cuestión, ni negó ni afirmó nada, aceptando que se le quitase su empleo.
Dionisio Eduardo Ochoa, en cambio, urdió un medio y lo puso en práctica: se estaba preparando en aquellos días, por jóvenes colimenses, la representación del drama Marianela que dos días más tarde se llevaría a la escena en el Teatro Hidalgo, en favor de una obra de asistencia pública, en que las Autoridades Civiles tenían grande empeño. Dionisio Eduardo tenía el principal papel de los varones, y sin él sería casi imposible que la fiesta dramático musical se llevase a cabo, pues ya no era factible que se le pudiese substituír por la premura del tiempo. Al reflexionar esto se presentó con hombría a los hombres del régimen:
Ustedes han quitado injustamente su empleo al Profr J. Concepción Fuentes que es miembro de la A. C. J. M., como yo, y quiero pedirles que lo restituyan en su puesto. Y como encontrase resistencia, amenazó diciendo:
Pues si no se le restituye inmediatamente, no habrá fiesta en el Teatro Hidalgo: conmigo no se cuenta.
Los interesados, después de procurar hacerlo cambiar de resolución, fingiendo no alarmarse, dijeron que buscarían un sustituto. Y Dionisio, remachando más el clavo, sabiendo que no estaba solo y que habría quien lo respaldase, dice:
Pero si yo no represento mi papel, tampoco la Srita. M. Mercedes Hernández representará el suyo, y ella de ninguna manera se puede sustituir. Ella hará causa común con nosotros, porque es de los círculos católicos de señoritas.
Y movidos todos los recursos, todas las influencias, Merceditas Hernández -La Marianela de la pieza dramática- se supo mantener firme y el Prof. J. Concepción Fuentes fue restituido a su empleo.
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