LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Libro Primero capítulo Séptimo
“LOS FINES DEL BOICOT Y LA FIERA SIENTE EL LATIGAZO”
Y el pueblo católico supo estar a la altura de su deber; las casas, sobre todo en los Estados más cristianos de la Nación: Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Aguascalientes -y ya antes, desde hacía 4 meses, Colima- estaban entrecerradas; de las puertas -menos las de las casas de los perseguidores y de sus cómplices- pendían moños negros en señal de duelo. El comercio estaba desierto. Las músicas populares callaron. El servicio de luz eléctrica se redujo en los hogares cristianos a lo muy necesario. Todo mundo caminaba a pie y los templos se llenaban, como jamás se habían llenado.
En lugar de sagrario, un gran crucifijo, como si se estuviera en días de Cuaresma o en el Viernes Santo, llenaba el altar con sus brazos abiertos. El pueblo rezaba de por sí; valientes damas presidían generalmente los actos religiosos, dirigían el Via-crucis de los viernes y leían trozos selectos de autores piadosos que suplían, en parte, la falta de predicación.
LOS FINES DEL BOYCOT
Los fines del boycot eran:
1. Hacer sentir el peso de la situación económica en todas partes e interesar así a todos, aunque esto fuese por conveniencia material, en la solución del Conflicto Religioso; pues generalmente gran parte de las clases adineradas no se interesa, si no va de por medio la cuestión económica.
2. El boycot riguroso y absoluto con relación a los enemigos, no era en vía de venganza, sino porque la mayoría de ellos, por simple conveniencia, por pancistas, se decía entonces, se habían aliado con los perseguidores y era conveniente, aun por el mismo bien espiritual y verdadero de ellos, apretados por el lado de las convemencias. 3. El tercer fin era indirecto, con relación al mismo régimen revolucionario encastillado en el poder; pues con el boycot, indirectamente, se le sustraían entradas y se disminuía su poder: clarísimamente constaba que todo el movimiento de los perversos para acabar con la Iglesia, se sostenía con dinero del pueblo católico.
4. Más que nada, el boycot enseñó al pueblo fiel a sacrificarse, a permanecer siempre en tensión y en pie de lucha, dispuesto a llégar hasta donde las demasías de los tiranos lo exigieran.
LA FIERA SIENTE EL LATIGAZO
Al principio los perseguidores rieron con carcajada burlona al saber que los católicos empleaban el medio del boycot, y Calles lo apellidó de ridículo, pero bien pronto se principiaron a sentir sus efectos: el comercio lo resintió al momento; multitud de teatros y cines fueron clausurados, fiestas y ferias se suprimían por doquier, mermándose así, por innumerables canales, las entradas a las Tesorerías del Gobierno....... Continuará
No hay comentarios:
Publicar un comentario