LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Viene de la edición anterior
Libro Primero Capítulo Séptimo
“LA FIERA SIENTE EL LATIGAZO”
Entonces el boycot fue declarado criminal y sedicioso, y con verdadera saña se perseguía a los que lo difundían; pero la propaganda continuaba, burlando la resistencia: papeles de todos tamaños, figuras y colores, aparecían misteriosamente pegados en todas las calles, teatros, puertas de los enemigos, y a las
espaldas de los mismísimos cuicos convertidos entonces en los hombres más abominables, que golpeaban, estrujaban y llevaban a prisión, simplemente por una medallita que descubrían en el pecho de alguno, porque ya aquello era culto público prohibido. En el Santuario del Sagrado Corazón de Jesús en Colima, estaba ya, desde los Dias Santos de ese año, fundada la Asociación Nacional de los Vasallos de Cristo Rey que era agrupación puramente piadosa. Y hubo personas no sólo golpeadas, sino asesinadas, por habérseles encontrado una cédula de esa Asociación de Cristo Rey.
DISCIPLINA ADMIRABLE
La organización de la Liga era perfecta y su disciplina sencillamente admirable: El jefe regional en el Estado -don Teófilo Pizano- que recibía instrucciones y consignas del Comité Nacional residente en la Cd. de México, cuyo egregio presidente era el Lic. D. Rafael Ceniceros y Villarreal, daba sus órdenes a los jefes locales de cada población y éstos a los de sector, de su misma ciudad o poblado, los cuales las transmitían a los jefes de manzana de su propia jurisdicción. La hora de repartir la propaganda se señalaba y debía de ser acatada
con rigurosa puntualidad y así, cinco o diez minutos bastaban a cada jefe de manzana para inundarla de la propaganda que debía repartir con puntualidad cronométrica... CONTINUARÁ
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