DON AGUSTÍN TORRES FUENTES “EL LEÑO DEL PIOJO” VESTIGIOS DE LOS ÚLTIMOS PANADEROS QUE DIERON FAMA A ESTA DULCE TRADICIÓN.
4ª PARTE
VIAJE A ENSENADA A TRABAJAR Y CUANDO LLEGÓ NO HABÍA VACANTES
El marido de su hermana Ma Guadalupe Torres Fuentes se llama Irineo Bayardo, cuando se casó con ella, les prometió trabajo en una empacadora de pescado que se llamaba "Mar", esta se encontraba en Ensenada y rentó la panadería en Alcaraces por un año para probar suerte con la empresa recomendada por el yerno; pero al llegar ya no había vacantes y junto con su hijo Ramón se fueron a buscar trabajo en una panadería y se acomodaron en Ensenada. Ramón en ese entonces tenía como unos 25 años.
Estuvieron trabajando en una panadería que se llamaba “La Pequeñita”, y esta tenía horarios de las 24 horas del día y en ella se hacía muchísimo pan y bolillo en la noche y en la mañana pan dulce.
Y se acomodaron como aprendices, no querían que los dueños supieran que ya sabían hacer pan; porque dice Don Agustín de un lugar a otro varían las formas de hacer el pan.
Pero un día que se le estaba quemando el pan al horneador y Don Agustín se dio cuenta y le dijo a su hijo Ramón. ¡Haber recíbeme tu y yo voy a sacar el pan! y que comienzo a ayudarle dijo Ramón y estaba poniendo las charolas hasta en el suelo. Y dice el patrón; ¿Oigan porque no me habían dicho que saben hornear? Y dijo Don Agustín, es que en mi tierra trabajamos a la mejor de una forma diferente a la de aquí; por eso mejor nos quedamos callados. Y desde entonces les mejoró el trabajo y el sueldo y les ofreció también un lugar donde dormir, para que también les ayudará por las mañanas a hornear el pan dulce., pero don Agustín le dijo que no podía hornear porque estaba mal de los ojos; y le contesto su patrón. ¡Bueno pues entonces nos ayudas y enseñas a hacer pan!, para tener variedad.
De modo que varias de las piezas de pan que hacíamos en Comala, las empezamos hacer allá (en Ensenada).
Hacíamos unos marquetones, eran rebanadas de pan grande y se le ponía azúcar glass y se empalmaban con otro encima. De tal manera que cuando llegaban, los gringos y turistas, nos decían: ¡Quiero una pieza de pan harta mudos!, esto porque estaban grandes y sobre todo con bastante sabor a pan de provincia..............Continuará
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