DON AGUSTÍN TORRES FUENTES “EL LEÑO DEL PIOJO”
VESTIGIOS DE LOS ÚLTIMOS PANADEROS QUE DIERON FAMA A ESTA DULCE TRADICIÓN.
1ª PARTE
Por Arturo González Valencia
Nuestro personaje tiene su domicilio en la Calle Emiliano Zapata Nº 35, también conocido como el Barrio del Piojo, y a pesar de su edad, tiene bastante hilaridad de pensamiento y palabra; aunque he de decir un poco sordo, por la falta de un aparato de audición.
La casa del piojo donde actualmente vive; antes de comprarla era de sus suegros Donaciano Torres y Doña Paula Fuentes, padres de Carmelita su esposa.
Don Agustín es hijo de Doña Ma del Refugio Fuentes+ y Eusebio Torres,+ nació el 28 de agosto de 1912 (Día de San Agustín) en el Rancho de los Mezcales; municipio de Comala.
Se casó con su prima hermana, María del Carmen Torres Fuentes, pero tuvieron que buscar autorización del Papá en Roma; porque aquí en México, nadie los quería casar porque eran familiares., hasta que llegó la autorización por escrito y bendición del Papa, solamente así, el cura Murguía de la parroquia los caso aquí en Comala.
Dijo que logró procrear a dos hijos Ramón (Rodolfo por el municipio) nació el 26 de diciembre de 1939 y María Guadalupe que nació el 18 de mayo de 1946.
A solo unos días de cumplir 102 años de edad, don Agustín nos cuenta el ¿Cómo se inició en este noble oficio? en el cual laboró por más de 60 años, en distintos lugares del estado y en esta cabecera municipal, así como a Cuyutlán y mucho más tiempo desde 1945 en la vecina población de Alcaraces, municipio de Cuauhtémoc.
Dice que tenía más o menos 10 años cuando aprendió el oficio del panadero con Don Anselmo Fuentes Carrillo, (el patrón) era el papá de Arturo Fuentes “el muyo”, que después se quedó al frente y tenía la panadería en la Calle Álvaro Obregón antes de llegar a la tienda de “Toña Fuentes” la de la calzada.
Se casó con María del Carmen Torres su esposa y duraron 70 años de casados, dijo la quiso mucho y le compuso muchos versos para ratificarle su amor fraterno por haber sido su compañera en la vida.
Aquí le describo un verso a su adorable esposa:
CARMELITA, CARMELITA
DEL ALMA MIA
Carmelita; Carmelita del alma mía, desde el mismo momento y en el día en que mi corazón te convenció, parece que le diste vida a mi alma y alegría a mi corazón. A ti como eres tan preciosa y hermosa, vestida de blanco como un serafín, y con tus ojos tan primorosos que parece que tienen el brillo de las estrellas, como palpitan con el aire, parece que tienen un contacto de imán, como parece que me llaman y me dicen; ven amor mío y dame un beso en la frente como prueba de amor y cariño y con el precioso abrir de los labios y con embeleso de un beso sentí el amor más profundo de vida, signos daremos de Dios felices, mientras que la muerte llegue y nos arrebate y nos lleve a los dos adentro del espíritu.
Continuará.
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