lunes, 14 de enero de 2013

Historia del Municipio de Comala, parte 3.7 y Concluye

HISTORIA DEL MUNICIPIO DE COMALA, PARTE 3.7 Y CONCLUYE

POR EL PROFR. RUBÉN JAIME VALENCIA SALAZAR


Pedro García Nicolás y Catarino Andrés Candelario, nacidos en Suchitlán en 1900 y 1914, respectivamente, a este respecto narraron algunas de sus vivencias: “..., vimos como muchos hermanos de raza cayeron en tantos enfrentamientos…, pedimos ayuda al gobierno y nos la dio, a su vez ellos nos la pidieron por conducto de Gorgonio Avalos de la Cruz quien nos organizó en dos pelotones que prestábamos servicio ocho días y otros dos pelotones ocho días más…. nos entregaron 97 rifles y cartuchos....”
-  En las cercanías del Volcán de Fuego estaban los cristeros y en su persecución el 90° batallón perdió hasta el último soldado -., el Gobierno nos pidió ayuda, mandó el 13° batallón y con nosotros, los de Suchitlán, formamos parte del ejército reservista …., no éramos tan buenos con las armas, pero conocíamos el terreno…. el día 4 de junio emprendimos la marcha al Volcán ….  los cristeros estaban acuartelados en el “Borbollón” …., es una tira de tierra como suspendida del cielo, porque a los lados son barrancas profundas …., al darse cuenta los cristeros que los perseguíamos corrieron a las faldas del Volcán …., pero les dimos alcance ….”
Posteriormente a esta “batalla del Borbollón”, el día 21, se realizaron los primeros planteamientos para reanudar cultos y finalmente, el 12 de julio del mismo año 1929, se firmó el licenciamiento de las tropas cristeras.
Lamentablemente tuvieron que pasar algunos años para que las pasiones se apagaran, las venganzas se olvidaran y los ánimos de quienes participaron, activamente, se apaciguaran.
Habían transcurrido más de 400 años en que el pueblo indígena de “Comallan” había sido conquistado y sometido por los españoles, había recorrido las distintas etapas de su historia, independencia, reforma, porfiriato, revolución; acogió con agrado los derechos que le otorgó la Constitución; sufrió en forma directa las agresiones violentas y despojos cometidos por grupos de bandoleros; participó de manera decidida en lo que consideró factible para defender su religión, inculcada por sus conquistadores.
Comala permaneció después de todos esos acontecimientos, acumulando sus vivencias y experiencias a fin de forjar su futuro, ya no con luchas sangrientas, con odios ni rencores, sino defendiendo sus derechos con la palabra, la razón y la Ley, iniciando así una nueva etapa en su existencia, persiguiendo el progreso y una mejor vida para los suyos.











 


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