El Comala de Hoy: La Cruz del Camino de Don Miguel Fuentes Cortés, en el crucero de los ríos San Juan y Suchitlán

LA CRUZ DEL CAMINO AL PEDREGAL POR EL PIOJO EN EL CRUCERO DE LOS RÍOS DE SAN JUAN Y SUCHITLÁN

Una cruz en el campo o crucero históricamente significaba la cercanía de un pueblo, de una ermita, de un cementerio, un cruce de caminos; pero en el siglo XX pasó a situarse en el lugar donde ocurrió la pérdida de una vida, por accidente, guerra, o muerte trágica y se coloca en esos lugares, como recordatorio para los ahí caídos, independientemente de los motivos.

Así la cruz en el campo pasó a significar muerte de alguien y nuestro pueblo de Comala, no es la excepción, porque por todos lados abundan en los diferentes caminos que llevan a él.

A continuación, les presentamos esta investigación periodística de LA CRUZ DE DON MIGUEL FUENTES CORTES, misma que está, en un gran crucero de vías de acceso a nuestro pueblo, específicamente en donde pasa el camino del barrio del piojo hacia la brecha del pedregal y a unos pasos de donde se unen los ríos San Juan y el de Suchitlán.

Hace 45 o 50 años en mis tiempos de infante, servía en mi casa materna como el encargado de ir a traer leña al campo, para que la madre de la tribu de los González Valencia tuviéramos los alimentos cocinados.

Según las letras en el monumento derruido, de la destrozada lápida, que Don Miguel Fuentes Cortés falleció un 9 de mayo de 1931; (investigare en el panteón la fecha de su nacimiento y luego se las doy a conocer) y en ese tiempo; junto con varios amigos del barrio de San Juan acudíamos a traer leña, para ser utilizado como combustible por nuestras madres en la preparación y cocción de los alimentos y era un paso obligado para ir a los campos y terrenos (“Del

Chocho”, donde Gustavo Valencia González tenía sus gallos., La Mesa, Rancho de las Animas, La Guadalupe, la Cañada, El Potrero de “El Loco”; Del Coyote y otros para el paredón alto y por los alrededores), donde podíamos recolectar la leña que sirviera para hacer la lumbre y que durara lo suficiente en la cocción de los alimentos.

Siempre al tomar este camino, juntábamos una piedra pequeña y bonita o de buena forma, porque al pasar por este emblemático lugar y por consejos de nuestros mayores, le rezaríamos un padre nuestro, dios te salve y una santa maría por el eterno descanso del alma, de quien en ese lugar había perdido la vida., con eso ya no nos asustaría, con fantasmal aparición y cuando regresábamos con la leña, ya no le dejábamos piedra, porque ya habíamos hecho la oración para el difunto.

Como se darán cuenta con el paso de los años, era notorio de como a un costado de la cruz, se iban amontonando y con ello se comenzaba a ver hasta mal y entonces los familiares del difunto, iban y quitaban las piedras y las colocaban en otro lugar; según me comentaban algunos de quienes con ellos trabajaron, esas piedras se las llevaban en costales y con bestias mulares a sus potreros, porque estaban benditas por la oración conjunta de los católicos que por ahí cruzaban.

En días pasados estuve platicando con una familiar y comentaba, que Don Miguel era hermano de su Papá Don J Jesús Fuentes Cortés y que su tío fallecido en ese lugar estaba joven cuando perdió la vida y que desconocía las causas de su deceso.

El paso por ese camino era obligado a todos los agricultores, campesinos y jornaleros que salían del barrio del piojo y que acudían a los terrenos del pedregal y los campos adyacentes en aquel entonces de gran ocupación agrícola y ganadero de nuestra gente. Hay que considerar que después de la revolución de 1910 hasta 1990 la actividad en el municipio era preponderantemente agrícola y ganadera, hasta que empezó el declive por las malas estrategias del gobierno de Carlos Salinas de Gortari en 1994 con la implementación del tratado de libre comercio y le dieron al traste a los apoyos al campo, para preferir quitar el trabajo al campesino y mejor comprar los insumos básicos del pueblo mexicano.

Existe la creencia popular que Don Miguel (qepd), en vida fue un hombre bondadoso y de gran corazón y eso le ganó la simpatía de nuestra gente; cosa que no le cayó bien a algunas personas que la envidia embargaba sus corazones y por ahí, se cree que algunas personas “lo venadearon” con una carabina cuando regresaba de sus labores agrícolas y ganaderas y con certeras balas asesinas le quitaron la vida, desde el tunelito que se encuentra, en el cruce de los ríos san juan y Suchitlán; donde inicia la subida del camino al barrio del piojo (calle Emiliano Zapata)., pero bueno eso amigo lector se lo dejo a su consideración.

Pero sigamos con nuestra investigación y en este contexto nos entrevistamos con nuestra amiga Chela (Graciela) Aguirre Ramos, una de las integrantes de la familia del propietario del “Rancho de la Mesa” Don Lencho; (Lorenzo) Aguirre Salvatierra y su esposa Doña Lupe Ramos Zamora.

Este rancho era estratégico por donde nosotros cruzábamos a la leña, ya que desde este lugar elegiríamos a que potrero iríamos a buscar el preciado combustible para que nuestras madres lo usaran en la preparación diaria de los alimentos.

Nos comenta nuestra amiga Chela Aguirre; que en su familia está muy presente la imagen de esa cruz de Don Miguel; porque era paso obligado en sus mandados a Comala para cumplir las órdenes de sus progenitores., a excepción de cuando iban al jardín o a misa o a un mandado al centro del pueblo., porque si iban al mandado por la Guillermo Prieto, o por la Corregidora, eran pues otros caminos y a continuación se detallan.

Del rancho de la mesa salían a Comala, tomando el camino bajo las higueras y preciosos guamúchiles, cuajiotes, hasta llegar a donde estaba el bordo del rio de la barragana y por el recodo había un pedregal a un costado de la cerca, donde habían construido una casita “Don Lupe y Victoriano” quienes vivían con unas mujeres ancianas, a quienes por apodo se les conocía como “Los Guajiques”; amigos jornaleros trabajadores del campo, platicadores y amables con quienes cruzaban por esos caminos y de ahí Chela o sus familiares decidían salir por la calzada y el centro de Comala; tomando el camino de “Doña Juana Calzones”, tomando el callejón de la cañada a donde hoy está la gasolinera; o de ahí si iban al barrio del piojo, o a la Corregidora o al Barrio de San Juan que es por la Guillermo Prieto, según donde sería el mandado. Por lo tanto, estos caminos siempre cruzaban con la “cruz de Don Miguel” y recuerda Chela que sus Padres les habían recomendado que, siempre le colocaran una piedrita a un costado y le rezaran una jaculatoria y oración para que “no los asustara”, porque siempre por ahí pasaban, tanto para ir a Comala o regresar al Rancho., y se tiene la creencia que los aparecidos se aparecen en el campo, ya sea de día o cuando cae la oscuridad.

Para salir a la calle Corregidora, pasaban por el terreno del riego de Don Abel Orozco, y salir por el cuajiote al callejón del pedregal y de ahí pasar por donde estaban los obradores de (José María) Chema Solano Figueroa, Don Manuel Torres y más adelante el de Don J. Jesús Espinoza (qepd) y la otra era bordeando el río san juan, brincando una cerca de piedra o falsete por el terreno adyacente al piojo y una cacanahualera y bajar al río donde está la zanja

del tunelito y tomar el arroyo de la calle corregidora a un costado de la casa de David Guerrero y Teresa Carrillo Zamora., o para salir en la Guillermo Prieto o barrio de San Juan, pues se seguía por el mismo terreno del piojo de la cacanahualera pasando la cortina del río, donde se tomaba el agua para el tunelito de la zanja y tomar el arroyo de la calle que sale de la prolongación de la Guillermo Prieto y salir a un costado del cuastecomate y frente a la casa de la familia del cerrajero Andrés Haro Carbajal.

Agrego nuestra amiga Chela Aguirre Ramos, que los caminos y las veredas estaban para entrar a comala por la calle a donde iban a cumplir con los mandados y regresar al rancho con lo necesario para la familia y como se dan cuenta el encuentro con esta cruz de Don Miguel era una costumbre diaria.

Se quedan recuerdos con ese camino y el cruce de los ríos y la cruz había lugares cercanos emblemáticos con cuevas o bóvedas, ya cubiertas de raíces y daban mucho miedo por los murciélagos que ahí habitaban y se comentaban que en ese lugar por sus grandes árboles ahí colgaban soldados federales y cristeros de uno y otro bando; de ahí se desprendes muchas versiones de leyendas y mitos de aparecidos., y su papá Lorenzo Aguirre siempre les decía que, “solos no transitaran por ahí, porque se les iba a salir algún fantasma o aparecido”, de los muchos que por esos lugares en el trayecto del tiempo perdieron la vida en difíciles circunstancias e independientemente de los motivos o causas y entonces, comenta Chela Aguirre, que siempre procuraban regresarse temprano y acompañadas al rancho.

También hay recuerdos muy agradables de cuando esos dos ríos llevaban agua limpia y acudían todos en familia a bañarse al Chorro del Piojo, o a los tanques que se hacían en las cortinas del Ingeniero o del Río de San Juan bajo las grandes higueras, posteriormente la modernidad y las autoridades lo ensuciaron con los drenajes y de aguas negras del pueblo, así como las "curtidurías" de Don Nicho Robles y el Pollo Rojo y pues la contaminación acabo con la belleza de los paisajes naturales.

Posteriormente, la industria de la curtida de cueros de res y cerdo fue reglamentada y con ello salieron de la cabecera municipal y el drenaje de aguas negras fue conectado en la administración del Braulio Arreguin Acevedo a la red de drenaje de Villa de Alvarez donde es tratada y recuperan de ahí agua para el riego de algunos arboles frutales.

Estuve platicando con algunos familiares que fungen como propietarios de esta ermita y cruz del camino de Don Miguel Fuentes y comentaron que verían la posibilidad de reconstruirla en recuerdo del hermano del padre de ellos que falleciera en este lugar y posteriormente verían la posibilidad de llevar a un sacerdote para la bendición de la misma.

Ahora solo nos queda el cuidar nosotros estos caminos de grandes vergeles, para que en un futuro recuperen el esplendor de nuestros tiempos, cuando todo el pueblo; como una gran familia íbamos a recorrer estos senderos hacia nuestros trabajos agrícolas y disfrutábamos de la belleza de estos paisajes naturales.