La Escuela de Artesanías Comala Entrevista a J. Guadalupe Rosas Flores 2da parte

LA ESCUELA DE ARTESANÍAS COMALA SURGIÓ COMO UNA NECESIDAD DE TENER UNAS ARTESANÍAS PROPIAS DE COLIMA.Segunda Parte. Entrevista a J. Guadalupe Rosas Flores

DESDE EL PRIMER TRABAJO QUE TU MAESTRO TE MANDABAN HACER, ERA PORQUE YA TE CONSIDERABAN COMO TRABAJADOR Y DEJABAS DE SER APRENDIZ, Dijo J. Guadalupe Rosas Flores, artesano pintor rangeliano.

Inicialmente pasabas mínimo 3 meses (sin sueldo) haciendo ejercicios de diferentes tipos de pinturas, en mi caso fui aprendiz del maestro Emilio Pinto Escobar (+) y él una vez que me capacitó, me autorizó para que me dieran los primeros trabajos de la gerencia de la escuela de artesanías en aquel tiempo.

Posteriormente, hubo algunos desacuerdos de formas de pagos que recibían algunos maestros de la escuela y se retiraron de las instalaciones, con miras en “ganar más”, por sus trabajos y en Comala, estuvieron por la calle Guadalupe Victoria, por donde vivía don Esteban Jiménez “El Murcia”; hacia el río. Ahí formaron otro taller artesanal con la misma línea rangeliana, comandados por el maestro Emilio Pinto Escobar y se fueron con él, Chuy Tecomán, Galindo y Arturo Pinto Escobar; aunque al poco tiempo regresaron a seguir trabajando en la escuela.

Añadió Lupe Rosas que también se iba a ir; con su maestro Emilio; porque eran sus miras de ganar más; pero se dio cuenta Don Alejandro Rangel Hidalgo y lo detuvo, le dijo.

¿Espérate y tú a dónde vas, si apenas vas empezando? y él le contesto, pues me voy porque quiero aprender más y él (Emilio) era su maestro; porque si me quedo aquí, ¿Quién me va a enseñar más?, entonces Don Alejandro le contesto, ¡¡No te vayas y yo te enseño más, junto con los otros que se queden!!; después Lupe se dio cuenta que, José Haro Carbajal y Gustavo y él que se quedaron, de tal manera que

en su formación como artesanos pintores tuvimos dos maestros., a Emilio Pinto Escobar y Don Alejandro Rangel Hidalgo, nos afinó en los conocimientos de la técnica de la pintura. 

Más o menos como un año duraron fuera con su taller, después regresaron a artesanías y esta se empezó a promocionar en forma internacional y empezamos a producir muebles y artesanías para todo el mundo., recuerda  que

amueblaron las embajadas de México en otros países, después todos los muebles de los pinos, y que llegó un pedido de muebles muy grande para Japón, porque para cubrir rápido toda la gente trabajábamos mucho tiempo con horas extras hasta las 9 o 10 de la noche; es mas muchos se quedaban hasta dormir aquí en los edificios. 

Posteriormente surgió la necesidad de que los artesanos tuviéramos más conocimiento de otras culturas del mundo, dijo Lupe Rosas; porque en aquellos tiempos venía el Padre Barreto a enseñarnos culturas egipcias, y otras por la tarde.

Recuerdo también que estaba prohibido traer radio, al trabajo, traer pelo largo, andar sin camisa y lo castigaban a uno, era mucha disciplina y todos los miércoles a las dos dejábamos de trabajar para ir hacer deporte desde las cinco de la tarde hasta que se metiera el sol y todo mundo debíamos hacer deporte y si no te descontaban el día. Había futbol, volibol, box, ping pong, etc.

Nos llevaban a ver otras obras artísticas, fuimos al aeropuerto, a Guadalajara, y a otros lugares.

En ese tiempo de los inicios en la escuela se conformaba más o menos unos 100 empleados, de modo que ya te imaginarás el movimiento que había para cubrir los trabajos, también teníamos equipos deportivos de artesanías de boli, básquet, fútbol, ping pong, y fut de salón inscritos en ligas de colima. 

En ese tiempo el dinero que ganaba uno; lucía mucho, porque no me lo acababa y ya llegaba otra vez el sueldo de otra semana.

Don Alejandro quería disciplina, calidad y responsabilidad y eso es lo que nos quedó y seguimos con la misma idea. Personalmente no entrego una obra, si queda mal hecha o fuera del contexto de la línea que Don Alejandro Rangel nos

fijó, si existe algún detalle, hasta que lo corrija y termine lo entrego. Conmigo no hay la posibilidad de que salió con un detalle y de todos modos así lo voy a vender. 

Eso sería no sentirme bien con ese trabajo, porque Don Alejandro fue estricto con nosotros y le agradecemos sus consejos; por lo tanto, seguirá muy presente en cada una de nuestras obras, por respeto a su misma memoria.   Continuará.

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