martes, 15 de marzo de 2016

Alfredo Blake El Chofer en Los Cristeros del Volcán de Colima

LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
"ALFREDO BLAKE" CHOFER
Viene de la edición anterior
EL CHOFER
Al lado sur de la casa de los jóvenes Ochoa, en donde el movimiento cristero se preparaba, pared de por medio, en la casa marcada entonces, así como ahora, con el número 167 de República, hoy Venustiano Carranza, vivía ya, así como ahora vive, Alfredo Blake, joven entonces -de esto hace más de 34 años-, a quien los hermanos Ochoa -Dionisio Eduardo y el Padre- habían visto largos años hacía, casi desde la infancia, con cariño y confianza de vecinos y amigos. 
Alfredo Blake tenía entonces un coche de sitio que él personalmente trabajaba, color verde aceituna, marca Dodge. - Oye, Alfredo -llamó el Padre en voz alta a Blake, haciendo oír su voz por encima de la barda de adobe de escasa altura que dividía las dos casas- ¿vienes un momento? - Sí, voy luego, Padre. -
¿Tienen alguna novedad? -dice Blake, al entrar, sospechando más de lo que dio a entender, pues desde dos días hacía, Lorenza su esposa y él, ya habían comprendido mucho de lo grave que estaba ocurriendo.
- Es -dice el Padre, mostrando tranquilidad y sin querer descubrir el secreto- que ya se le está pasando a Dionisio el tiempo en que debería haberse presentado en Guadalajara para reanudar sus clases. 
En realidad, Dionisio era estudiante y el tiempo de presentarse ya había llegado. - Y tú ves -continuó el Padre Ochoa- cómo están las cosas. Tú verás si nos haces el favor de que lo lleves a Tonila. En Tonila lo dejas.
Aunque Alfredo Blake no replicó, sin embargo, sus ojos indicaron muy a las claras, que no se la habían pegado. Y quedaron en que muy en la madrugada, entre las dos y tres horas, habrían de marchar. .... Continuará























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