Hola amigos de este bello lugar, aquí les dejo mi calaverita literaria de este año, dedicada a mi Pueblo Blanco y Mágico de Comala, que hoy más que nunca necesita reírse un poco.
¡Ay mi Comala!
Como cada año en el panteón,
es la hora de la perdición
La tilica y flaca se asomaba,
¡Pobre Comala!, nada más temblaba.
Héroes y villanos iban y venían,
Comaltecos y Comaltecas nunca se rendían.
Cada tres años una nueva esperanza,
mientras tanto, nos ruge más la panza.
Que porque el América no gana,
que porque el narco nos apaña,
o porque “El borrego” tiene toda la lana,
un pretexto siempre nos acompaña.
Mi Comala, ¡ya despierta!,
tienes que hacer que esto se revierta
No hay mañana para algo que nos mata,
dejar de intentar, también es meter la pata.
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