EL VERDADERO PROPÓSITO DE LA NAVIDAD Y AÑO NUEVO PARA NOSOTROS LOS CATÓLICOS ES RECIBIR A CRISTO EN TU CORAZÓN
¿Cuántos de quienes se reúnen para festejar la navidad y año nuevo, lo hacen con este sentido?
Es digno de notar que actualmente estos festejos se han vuelto por desgracia en un aquelarre de vino., También haber quien regala el producto más vistoso y caro; comilonas de grandes banquetes, con música estruendosa de bandas que hacen alusión en sus canciones a los grandes mafiosos, delincuentes, que se dedican a obtener el dinero fácil y a darse una vida en honor al Dios Baco y culto al hedonismo, etc., y eso desmerece el verdadero motivo de nuestras tradiciones.
¿Cuántos miembros de la familia verdaderamente aprecian el sentido de las pastorelas, de los nacimientos, luces, adornos que nos recuerdan la navidad; de la oración para dar gracias a nuestro padre celestial en esta celebración de la navidad, donde nos envía a su único hijo para salvar al mundo?
Porque no debemos olvidar de donde viene la celebración de la navidad, escrito está en la biblia:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan.3:16)
Estas palabras del evangelio de San Juan, encierran en sí mismo el verdadero significado de la Navidad, pues nos hablan del infinito amor de Dios al hombre al entregar a su hijo único.
Pero la Navidad no es simplemente la difusión de esta historia, se trata de una vivencia que vuelve a repetirse cada año en el corazón de los creyentes.
La Navidad es que se ha convertido, y con toda la razón, en la fiesta de los regalos, y el regalo más grande recibido por la humanidad: el nacimiento de Jesucristo. Muchas veces nos entristece no recibir regalos y aún no entendemos que el más grande y maravilloso regalo nos lo dio Dios hace más de 2 mil años.
Lo material no es lo más importante, pues “lo mejor de la vida son las ilusiones de la vida”, escribió Balzac. Aun así, no hay navidades ideales, pero si decidimos pensar y reflexionar sobre nuestros valores, sobre nuestros deseos, nuestros afectos y nuestras tradiciones, bienvenida sea está celebración.
La Navidad está en nuestras manos, la vida está en nuestras manos y este mundo, a veces tan complejo, tan ingrato y a la vez tan prometedor, también está en nuestras manos. Depende de nosotros convertir cada día en Navidad, haciendo las cosas con amor, con fe y siendo mejores humanos, con la esperanza que el mundo puede cambiar para bien.
Que la cena, los regalos las piñatas y todo lo demás no sean tu verdadero propósito en esta Navidad y año nuevo. Sino el recibir a Cristo en tu corazón.
“Porque no envió Dios a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan. 3:17)
Aprovechemos esta Navidad para perdonar a todos aquellos que nos ofendieron de palabra y de obra. Empecemos el Año Nuevo con el corazón aligerado por el perdón y enriquecido por el Amor. Compartamos nuestra alegría y nuestra mesa con alguien que esté solo, que no tenga familia o que se sienta triste.
Ese invitado representará la figura de Cristo. Y que este sea tu verdadero espíritu navideño.
Que la cena, los regalos las piñatas y todo lo demás no sean tu verdadero propósito en esta Navidad. Sino el recibir a Cristo en tu corazón.
¡¡Felices Fiestas Navideñas; Armonía, Paz y Prosperidad en el año nuevo 2016!!
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