CAFÉ DE ALTURA CON SABOR A HOGAR DEL RANCHO A SU TAZA.

Molido fino y para cafetera, con canela o sin canela; imagina una deliciosa y humeante taza de café, con un aroma exquisito y el sabor único de Comala, eso es lo que María Zamora Virgen nos ofrece, en una presentación de 500 gr del café Rancho de Agosto, tan conocido y buscado por todo Colima.

Con una ruta que inicia en Comala, pasando por Villa de Álvarez, y finalmente llegando a Colima, surtiendo supermercados como Macaza, Frutería El Sente, Frutas Selectas Insurgentes, Abarrotes Liberación, Panadería La Trinidad, y en la cafetería de la Villa de Álvarez ''El cafecito''.

Todo comenzó por los años 70´s, cuando María Zamora tostaba granos de café que se habían producido en el Rancho de Agosto, el cual les pertenecía a ella y a su marido Joel Salazar, ella cortó los granos y los llevó a casa, para tostarlos en una cazuela y molerlos para preparar un café ese día; sin embargo, no se imaginaba que ese simple hecho la llevaría a la cantidad de producción en la que ahora se encuentra su rancho.

“Yo y mi esposo decidimos comenzar a tostar más, café y a vender como teníamos visitas nos decían hay que bueno está el café y que bueno está el café véndeme un poco así comenzamos en ese momento nos dimos cuenta que era un buen negocio”

Motivada por su esposo e hijos, decidió atreverse a soñar y hacer posible su meta: producir su propio café, pues este tenía un agradable sabor y su familia estaba convencida de que no debían guardarlo para consumo propio, sino hacer negocio con su producto, es por esto que con la ayuda de sus hijos, María Zamora comenzó con la elaboración de sus primeras bolsas de café.

''Entre mis cuatro hijos me ayudaban, cada quien media hora a moverle a la cazuela, y todos siempre listos para apoyar y sacar el pequeño negocio adelante''.

Al principio las ventas no fueron muchas, lo cual decepcionó a la familia, aun así, sin dejar de luchar continuaron juntos buscando obtener más clientes, pues sus primeras ventas fueron bolsas con un cuarto de kilo que lograron vender en Villa de Álvarez.

Esto no detuvo a María, quien además de buscar clientes, se encontró con la fortuna de que su producto hablaba por sí mismo, debido a la esencia del café que lentamente fue pasando de boca en boca para iniciar tomando reconocimiento.

Con el paso del tiempo, las personas en Villa de Álvarez iban a buscar a María para comprarle café en Comala, pero al aumentar la demanda, era necesario aumentar la oferta, y para eso María necesitaba más que sólo un tostador chico y una parrilla para producir el café, por lo tanto, pidió apoyo al ayuntamiento de Comala, solicitando un apoyo para comprar un molino y un tostador para la producción de su aclamado café, dándoles a cambio el 50% de ganancias de sus ventas de café.

A pesar del molino que el ayuntamiento les ayudó a comprar, María y Joel no se daban abasto con tanta producción así que decidieron comprar de su propio dinero otra máquina para agilizar el proceso de la producción del café. El primer tostador poseía la capacidad de 5 kilos, y el segundo que compraron lograba almacenar hasta 70 kilos de café.

Actualmente María continúa produciendo el café junto con su esposo, con la ayuda de uno de los hijos, quien se encarga del área de contabilidad en la producción, además de contar con empleadas, que forman parte importante del proceso de realizar el café.

Finalizando ella con una pequeña frase ''Siempre hay que echarle ganas por las cosas que más deseamos, porque aún con mucho sacrificio, las cosas se pueden lograr''.

Redacción: Victoria Guízar y Cielo Virgen. Revista Enfoques Fotografía: Cielo Virgen.