EL VERDADERO ORÍGEN DE COLIMA
Profr. Abelardo Ahumada González
En diciembre de 1972 el profesor Felipe Sevilla del Río terminó de reunir, revisar y seleccionar algunos de los mejores artículos que, relacionados con la conquista de Coliman y la fundación de la villa española con ese nombre, había estado publicando en los periódicos locales y en los de Guadalajara, para darles forma de libro y presentarlo al año siguiente. Y para eso, en los últimos días de ese mes escribió así al final de su “Prefacio”:
“Cercano como se halla al presente el año de 1973, fecha en que se cumplen cuatro y medio siglos de la Fundación de Colima […] ofrezco modestamente al público lector mis puntos de vista y conclusiones sobre el tan discutido y difícil tema de la Conquista del Señorío de Colliman y el origen de nuestra hermosa y legendaria Ciudad de las Palmas”.
El libro en cuestión se titula “Breve estudio sobre la conquista y fundación de Colima”, y lo interesante de éste es que su muy cuidadoso redactor no sólo se concretó a recabar y paleografiar un cúmulo de documentos hispanos del siglo XVI que pudiesen estar relacionados con los dos temas que precisó, sino que, haciendo una lectura crítica de los mismos, se decidió a “cruzar” la información que presentaban unos y otros, llegó a muy interesantes conclusiones sobre ambos temas y sentó un precedente en cuanto al modo de proceder para el estudio de la historia en nuestra región. Precedente al que con toda puntualidad hizo referencia el historiador Ernesto Terríquez Zámano en 1986, cuando siendo Director de Cultura en nuestro estado, escribió un texto introductorio a la tercera edición del “Breve Estudio…”, que él mismo promovió:
“En la obra de Sevilla del Río hay veracidad, respaldo documental, rigor y métodos claros”. Modos de proceder que contrastaban con los que, según el propio Terríquez, utilizaron “antes de él, los estudiosos de nuestro pasado” dando “curso a muchas falacias y rienda suelta a su fantasía, pese a que hicieron hallazgos valiosos”.
En otro párrafo de su “Prefacio”, el profesor Sevilla mencionó algo que me parece muy importante: “El día 23 de agosto de 1957 […] tuvo lugar en el Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados, en el Palacio de Gobierno del Estado de Colima […] el Primer Congreso de Historia Regional”. Señalando que, tocante al tema de la fundación, el historiador tapatío Luis Páez Brotchie, leyó ahí, un muy interesante estudio al que tituló “Indagaciones sobre la fundación de Colima”. Y en el que llegó a las dos siguientes conclusiones:
“[…] que la primera fundación de la Villa de Colima ocurrió a mediados de 1523, y su traslación al asentamiento de Tuspa, a más tardar el 20 de enero de 1527 […], por lo que desde entonces bautizose (sic) con el nombre de Villa de San Sebastián de Colima”.
Yo nunca había leído el texto de Brotchie, pero hace 5 años, un día en que estábamos en Tuxpan, Jalisco, realizando precisamente el Séptimo Coloquio Regional de Crónica, Historia y Narrativa, don Alfonso Reyes, un peculiar y generoso vendedor itinerante de libros usados de historia, me obsequió una copia fotográfica del mismo y que, corregido y aumentado por su autor, apareció, en abril de 1959, en el Tomo XVIII de las “Memorias de la Academia Mexicana de Historia”.
En ese documento, don Luis Páez puso una nota que también vale la pena resaltar, y en la que dice que Felipe Sevilla, por un lado; Jesús Amaya Topete por otro, y él por otro más, habían llegado a similares conclusiones respecto a la fundación de Colima.
Conclusiones que, corregidas y ampliadas en su oportunidad, constituyeron la parte medular de la temática que abordaron los participantes de la famosa “mesa redonda” que, con motivo de la conmemoración del 450 Aniversario, se desarrolló en Colima precisamente en julio de 1973, y que a la postre sirvieron de base para que, si no todos, la mayoría de los participantes terminaran convencidos de la existencia de dos villas sucesivas que se llamaron “de Coliman” y de “San Sebastián”, en las fechas “más probables” que algunos otros historiadores más nuevos o recientes siguen poniendo a debate, pero también soslayando algo a lo que me voy a referir más adelante:
Aparte de los autores ya mencionados (y de otros más antiguos aún) han incursionado en estos temas, don Carlos Pizano y Saucedo, el Dr. Jesús Figueroa Torres, el padre Roberto Urzúa Orozco, don Alfonso de la Madrid Castro, Juan Oseguera Velázquez, José Miguel Romero de Solís y otros investigadores más.
Sin demeritar los esfuerzos y las aportaciones que cada uno de ellos han hecho sobre los temas en comento, y sin criticar a ninguno, sólo quiero añadir que prácticamente todos han dado por bueno el dato de que la historia de nuestra entidad inició, por así decir, a raíz de que Hernán Cortés reportó a su rey los primeros párrafos que hablaban sobre la conquista de “la provincia de Colliman” y la fundación de una villa española en alguna parte de esa misma región. Y que, por estar debatiendo al respecto, se les pasó por alto el hecho de que el verdadero origen de Colima es netamente indígena, y que su fundación (si la hubo) se ha perdido en la bruma de los tiempos.
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