EL JUEGO DEL POLLO ENTERRADO” EN EL DÍA DE SAN JUAN TRADICIONES COMALTECAS EN EXTINCIÓN
Hace mucho más de 80 años y pasando el puente de la calle Progreso, en nuestro pueblo de Comala; entre la verdura del follaje que dan las huertas de café, plátano, cacao, anonas, limas chichonas, naranjas y una amplia variedad de frutas domésticas y silvestres
Añadió que, bajando por la Guillermo Prieto hacia abajo, esta la calle Álvaro Obregón y antes era otro callejón que conducía hacia el Panteón de San Juan Bautista y también actualmente es conocido como “El Barrio de San Juan” y era un paso obligado de los muertos hacia la necrópolis Comalteca.
Dijo esto, porque la gente cargaba en hombros a sus muertos; desde la parte baja de Comala como el “Barrio del Piojo, o San Miguel”, lo bajaban por el callejón hacia el rio, donde había unas grandes higueras y subían por un camino de bestias y llegaban a la esquina de la Guillermo Prieto para
Es importante saber, que por aquellos tiempos no había vehículos y por las brechas se hacían presas de piedritas para que hubiera arenita para hacer los posos para los pollos., hay que recordar que llovía regularmente en aquellas épocas desde mayo.
Nos compartió que, en aquellos tiempos, era común que las lluvias empezaran pasando la primera quincena de mayo y la gente grande se ponía muy contenta porque ya se iba a empezar con las labores agrícolas.
Para ello, dijo mi Tío y Compadre Alfonso, pues ya se había trabajado limpiando de monte los campos y entrando mayo ya habían quemado los “puños” de basura dejando limpio y esperando las lluvias que mojaran la tierra para ir a sembrar.
En junio se tenía un festejo que hoy ya no se ve por estos lugares y ese es el de la fiesta de San Juan Bautista. Había muchas piñatas con fruta dentro y juegos en la calle, (brecha).
Donde todos los que vivíamos en ese entonces, dijo mi Tio Alfonso, nos juntábamos como una gran familia y se asistía a misa y el mero día de san juan, nos reuniamos a fuera de donde había más casas en la brecha y se hacía “el juego del pollo enterrado” y quebrábamos las piñatas.
Este juego era sencillo, salvaje; pero de gran diversión para las familias y consistía en que de las familias, algunos llevaban pollos, los cuales se enterraban hasta donde empieza el cuello y a los participantes se les indicaba donde estaba el ave de corral y se le daba un palo (otate) de escoba y se le vendaban los ojos y se le daban 3 vueltas para la derecha y 5 para la izquierda y se le soltaba para que con su instinto buscar al pollo y si lo encontraba, se quedaba con el pollo y se comprometía a invitar un caldo a los presentes.
Esto significaba, mucha alegría y sana diversión., porque me dice mi tío Alfonso, entre risas que el que traía los ojos vendados andaba tirando garrotazos a lo loco y todos le corríamos, hasta que se le acababa el tiempo, para que otros le hicieran la lucha a buscar el ave.
Recuerda con mucho cariño,dijo mi Tio Alfonso, que algunas personas que tenían gran sentido de ubicuidad y lograban llegar hasta donde estaba el pollo e inclusive agrego, que las veces que lo vendaban siempre encontraba la presa e invitaban al caldo al otro día a la gente.
Hace tiempo vi en Zacualpan un juego parecido, también en una de sus múltiples fiestas indígenas, pero no son iguales y el paso del tiempo ha hecho que esta costumbre se vaya perdiendo, porque nuestras nuevas generaciones tienen otras actividades y las asocian a otra forma de vida.
La tradición cristiana celebra la noche de San Juan el 23 de junio en homenaje al nacimiento de San Juan Bautista.
Todos los años, la noche del 23 al 24 de junio y día 24, se celebran fiestas que heredamos de los españoles en honor a San Juan.
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