LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Spectador, libro sexto, capitulo quinto, NIEBLA DE INVIERNO (Enero a abril de 1928).
“LLEGA EL GENERAL DEGOLLADO Y RESTABLECE EL ORDEN ”.
TRATANDO EL PROBLEMA
En esa misma noche, caminando hacia abajo, rumbo al río Armería, el general Degollado, separándose del general Michel y de los demás jefes cristeros de Colima, picó espuelas a su caballo y se acercó al Padre Capellán, señor Ochoa, para principiar a conversar sobre los asuntos que a Colima le traían.
- No únicamente ustedes -dice-, también yo lamenté el cisma de los señores del Control, respecto a la Liga. Yo inmediatamente me dirigí a ellos: o se ponen de acuerdo los dos organismos o yo me separo y, al separarme, haré públicas mis razones. Y dio efecto, porque se unificaron y ahora vengo yo en nombre, no sólo del Control Militar de Occidente, sino también de la Liga. Mañana le enseñaré la documentación, Dios mediante. Quiero que ustedes me digan, con toda libertad, su pensamiento respecto al gobierno de las tropas libertadoras en esta región de Colima.
El Padre le manifestó que él no tenía ningún mando en los soldados; que él no era jefe, ni siquiera intelectual, del movimiento cristero; pero que sí creía estar interiorizado de los problemas y que se los expondría con la mayor sinceridad. Que para el general Anguiano, para él y para los de Colima, el problema no era por las personas, sino por los principios; que una vez que el Control Militar se había unificado con la Liga, no había ninguna dificultad en acatar lo que se ordenase.
El general Degollado era hombre sincero y pronto él y el Padre Capellán, no obstante los prejuicios que mutuamente se tenían, se entendieron y se tuvieron mutua confianza.
El Padre le manifestó con toda sinceridad cuál era la situación y su opinión, esto es, que debía volverse a la unidad de mando en la región; que ya el general Michel y el general Anguiano estaban de acuerdo y que aun habían escrito en ese sentido a la Liga, proponiendo al general Michel como jefe único de Operaciones en el Estado y a Anguiano Márquez como jefe de Estado Mayor.
Pero el general Degollado estaba muy contrariado con el general Michel, a quien consideraba como responsable de todos los líos de Colima, por los informes falsos que había estado mandando.
- Michel queda destituido de su puesto -dice-. Mañana le mostraré sus cartas para que usted vea todo lo que ha escrito referente a Colima e insinuado en contra de ustedes.
El Padre, no obstante todo, continuó rogando por que se le perdonara. Tenía Michel sus grandes cualidades -valiente, organizador, decidido, hombre de convicciones critianas, educado, culto-, no obstante su temperamento fuerte y un tanto cuanto intransigente y altivo. Pero el Padre no fue oído.
Tampoco fue oído en lo de la unidad de mando:
- Andrés Salazar conviene que tenga su gente por separado y se le dará ascenso a general. Salazar es un hombre poco culto, brusco, dominador y es conveniente que tenga su gente por separado.
Así habrá menos dificultades: -dijo el general Degollado.
Continuará EL ACUERDO
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