CUARESMA, TIEMPO DE ORACIÓN, PENITENCIA Y AYUNO.
Por Arturo González Valencia
La cuaresma comienza con el miércoles de ceniza y es tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que nuestra iglesia marca para la conversión del corazón y las palabras que se usan para la imposición de la ceniza son: “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”, “Arrepiéntete y cree en el evangelio”
La primera referencia a una preparación pascual de cuarenta días aparece en un escrito de Eusebio de Cesárea que se remonta aproximadamente al año 332.
Esto nos permite pensar que a principios del siglo IV la cuaresma era ya una realidad establecida en algunas Iglesias. La cuaresma- se refiere a ese tiempo de preparación a la pascua llamándolo «ejercicio cuaresmal» y el ayuno, la penitencia y la oración aparecen desde el principio como ingrediente esencial en la preparación a la pascua, que es una forma de expresar el permanente control que el cristiano debe ejercer sobre sí mismo y la lucha abierta contra las pasiones y las apetencias de la carne que se alza contra las exigencias del espíritu. Al mismo tiempo, las prácticas de penitencia durante la cuaresma son asumidas como una forma de «satisfacción» o castigo para purgar los pecados propios y los ajenos. Hay, por otra parte, una permanente invitación al reconocimiento de los propios pecados y una llamada insistente a una conversión radical y absoluta.
Iniciar la cuaresma ha significado y significa asumir las actitudes de fondo que caracterizan al hombre pecador, consciente de su pecado, arrepentido y confiado en la ilimitada misericordia de Dios.
La verdadera conversión a Dios se manifiesta en una apertura generosa y desinteresada hacia las obras de misericordia: dar limosna a los pobres y comprometerse solidariamente con ellos, visitar a los enfermos, defender los intereses de los pequeños y marginados, atender con generosidad a las necesidades de los más menesterosos. En definitiva, la cuaresma se entiende como una lucha contra el propio egoísmo y como una apertura a la fraternidad. A partir de ahí es posible hablar de una verdadera conversión.
Sólo así puede iniciarse el camino que lleva a la pascua. Sólo así la cuaresma puede tener hoy un sentido.
Sugerencia para vivir y disfrutar de nuestra cuaresma, asistir a las once de la mañana todos los viernes al rezo de once en nuestro Templo de San Miguel Arcángel; en donde el grupo parroquial de la Hermandad del Santo Entierro de Comala, lleva a cabo este rito religioso que forma parte importante de nuestras tradiciones y costumbres cuaresmales. ¡Allá nos vemos!
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