LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Viene de la edición anterior y termina el capitulo primero del libro segundo
DIONISIO OCHOA Asistente de la ACJM
EL ENTONCES ASISTENTE ECLESIASTICO DE LA A. C. J. M.
El Padre don Enrique de Jesús Ochoa, el hermano de Dionisio Eduardo, hacía ya como tres años que era el Asistente Eclesiástico de la A. C. J. M. De aquí que, precisamente por esta circunstancia, era él, por aquellos días, el Sacerdote colimense que estaba más en contacto con el pueblo que abierta y decididamente luchaba por abatir la fuerza de la
persecución sectaria y obtener la libertad religiosa, ya que, como se ha dicho en páginas anteriores, la organización providencial que en este tiempo surgió para encauzar la defensa, era la Liga Nacional de la Libertad Religiosa, cuyos dirigentes nacionales se encontraban en la ciudad de México, a la cual los muchachos de la A. C. J. M., no sólo por el propio empuje y ardor de sus almas, sino por disposición oficial de su Comité Nacional, tuvieron que pertenecer. Y no únicamente pertenecieron, como perteneció el pueblo en general -niños y ancianos, damas de la aristocracia y mujeres de la más humilde condición, la juventud femenina, al igual que la masculina-, sino que fueron, casi en todas partes, con muy pocas excepciones, los jefes de primera línea que acaudillaron y organizaron a los demás, poniendo ejemplo luminoso de valentía, decisión, firmeza de fe y grandeza de espíritu.
En el Estado de Colima, como se ha dicho, es cierto que el jefe de la Liga era. el señor don Teófilo Pizano, meritísimo y culto caballero que con grande entereza, abnegación y tino desempeñó su cometido; pero el jefe local, sobre cuyos hombros cargaba la organización y todo el trabajo de los colimenses de la ciudad: impresión de propaganda, distribución de ella burlando toda la vigilancia y el poderío de la desenfrenada máquina revolucionaria, organización aun de los actos religiosos de los templos que encabezaban distinguidas señoritas de la ciudad, protestas, manifestaciones, etc., etc., fue siempre un joven de la A. C. J. M.
En esos días, que eran los de mayor trabajo y en que se requirió más esfuerzo y se vivió bajo mayores peligros, esta Jefatura Local estaba a cargo del joven acejotaemero Antonio C. Vargas de apenas 20 años de edad, a quien sus demás compañeros de A. C. J. M. secundaban con valentía festiva y jovial decisión.
EL NEXO PROVIDENCIAL
Y Dionisio Eduardo Ochoa, no obstante que hacía 14 meses que se encontraba en la Perla Tapatía, no por eso había perdido el contacto con Colima, sino que, antes bien, había sido el providencial nexo entre los luchadores acejotaemeros colimenses y los luchadores tapatíos, para estrechar más los lazos de mutua cooperación en los planes que se organizaban.
De esta suerte, Dionisio Eduardo Ochoa, en cada una de sus visitas a Colima, traía verbalmente noticias y orientaciones a los colimenses con las cuales se enardecía más su ánimo y se encauzaba mejor su actividad. Perfectamente se comprendía por todos que el triunfo en contra de los enemigos de la Iglesia y de la Patria y la salvación de las esencias de ésta, no tendría que ser fruto solamente del esfuerzo del pueblo católico, sino de su unión y disciplina, en cuanto a factores humanos.
Termina el capitulo primero, continuará el capitulo 2, sobre las primeras noticias en colima del movimiento cristero.
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