LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Spectator LIBRO SÉPTIMO, Termina Capítulo Noveno La primavera del movimiento (1928 -mayo a diciembre), sigue:
“PANICO EN LOS GOBIERNISTAS Y EL JEFE CRISTERO VICTÓR GARCÍA”
Viene de la edición # 541
PÁNICO DE LOS GOBIERNISTAS
Entretanto en la ciudad de Colima, en donde alcanzaba a percibirse el fragor de aquel combate y a donde llegó como relámpago la noticia de la derrota de las fuerzas callistas, temiendo, sobre todo los del gobierno civil, que los cristeros avanzaran victoriosos, se cerraron todas las oficinas de Palacio; sus hombres salieron a esconderse a donde creyeron oportuno y las fuerzas de que podía disponerse -soldados y gendarmes- tomaron las providencias que creyeron convenientes. También se cerraron los bancos y comercios.
EL JEFE CRISTERO VICTOR GARCIA
El coronel Víctor García que murió en este combate era un bravo luchador. Tiempo hacía que estaba bajo su cargo inmediato el regimiento de Andrés Salazar. Antes de la persecución había sido soldado de las filas de Calles, tal vez cabo, o sargento. Al iniciarse la defensa armada, desertó del ejército callista y, sin declarar sus antecedentes, se presentó en las filas católicas, en donde fue humilde soldado, sin ninguna pretensión; mas poco a poco sus méritos le fueron elevando hasta que ocupó el puesto que tenía a su muerte y el cual desempeñó muy laudablemente. La primera vez que aparece en esta historia, es el 27 de junio de 1927, cuando siendo simple soldado asiste con los seminaristas y el Padre Capellán a la adoración eucarística que tuvo lugar en la ermita improvisada al pie de las faldas del Nevado, al oriente de Zapotitlán.
GLORIA A LOS HÉROES
Entre los siete soldados rasos que murieron estaban libertadores muy distinguidos, como Secundino Rolón, José Facio y Luis Sánchez. Secundino era de los primeros soldados de Caucentla, uno de los once que con carabinas de caza habían resistido en la hacienda de El Fresnal el primer ataque de fuerzas callistas de línea que comandaba el general Ferreira, en 31 de enero de 1927. Luis Sánchez, joven campesino de los que integraron las filas libertadoras en el primer mes de lucha. Parece que era originario de El Naranjal. José Facio, más joven aún, era hermano del audaz Manuel Facio, de quien se hizo mención en el Libro segundo. Como él, era valiente y listo, aunque por su corta edad -debía tener unos 15 o 16 años al morir- no sobresalió como aquél. Cayó herido al rebasar el lienzo de piedra que les servía de fortín, con el fin de recoger el máuser de un soldado enemigo que ahí yacía muerto. Lograron su padre Don Onofre Facio y el coronel José Verduzco Bejarano recogerlo aún con vida y llevarlo un poco hacia arriba, en donde a la sombra de un árbol expiró.
Termina Capitulo Noveno; inicia Capitulo décimo.
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