Y COMALA, CONTINÚA SIN RUMBO
CON SAL Y LIMÓN
Luis Armando Fuentes Valencia
Después de lo publicado la semana pasada, el que junta estas letras recibió un buen número de comentarios (e inclusive fotografías) de diversos lectores. Vale la pena destacar que estos mensajes no sólo fueron enviados por comaltecos, sino por algunos amigos que no lo son. Eso permite confirmar, con gusto, que los comaltecos disfrutamos y amamos nuestro pueblo (y nuestro municipio) porque poseemos un fuerte sentido de pertenencia hacia Comala y lo llevamos con orgullo.
Motivos para ello, nos sobran: Sólo recorrer la carretera Comala-Villa de Álvarez o el Camino Circular de Comala nos dan motivos para ello; y si nos apartamos de esas rutas y vamos a otros parajes como Lagunitas, Pintores o Campo Cuatro, ese sentimiento, se incrementa.
Diversos lectores reportan que, al realizarse el cableado subterráneo en el Centro de la cabecera municipal, hubo retrasos importantes en la colocación de algunas tapas, lo que provocó molestias y, sobre todo, accidentes a los transeúntes y al parecer, algunas aún no se colocan. Sobre todo, me dicen, el problema se presentó con las de Megacable. Lo anterior tendería a mostrarnos una autoridad municipal omisa, que desentiende a la ciudadanía, y muy poco comprometida en la protección de nuestra seguridad. Ya sé que me dirán que esa no fue una obra municipal y que los dineros para llevarla a cabo, no provinieron de las arcas comaltecas y eso es cierto, pero el Ayuntamiento debe permanecer vigilante siempre y resguardar nuestra seguridad. Su obligación es mantenerse activo y no, como hace, cómodamente pasivo.
También me dijeron que hay muchos automovilistas en colonias como Los Aguajes, La Trinidad y Aguajitos que gustan de estacionar sus vehículos (que en ocasiones no mueven durante días) muy lejos de las banquetas (en ocasiones a un metro o más) y eso ocasiona problemas innecesarios a los vecinos porque entorpece la circulación. Pasan patrullas y no hacen nada. Seguramente no lo reportan para que los agentes de tránsito, que nunca recorren esas colonias, vayan para levantar las infracciones correspondientes. Ni entre ellos existe coordinación, pues.
Quizás la esquina más conflictiva del Pueblo es la que forman las calles Madero y Capitán Llerenas, donde se ubica una tienda Oxxo, la cual recibe una gran cantidad de proveedores y muchos de ellos, estacionan sus vehículos, a veces muy voluminosos en el Jardín Principal o en doble fila, reteniendo la circulación, inclusive en las horas pico, y lo hacen con la complacencia de los agentes de tránsito. Eso resulta intolerable, sobre todo si se considera que la tienda permanece abierta las 24 horas. Sus maniobras deben efectuarse durante la madrugada, cuando no ocasionen molestias. Ese es el costo que deben asumir por ubicarse en ese lugar céntrico. Además, me reportan que esa tienda atiende con mucha lentitud a sus clientes porque, sobre todo los encargados son muy torpes y (además) groseros. El que junta estas letras avala esos dichos porque ha comprobado esa actitud que es similar a la del Kiosko de Progreso. La autoridad, me dicen, debería intervenir ante los propietarios de esas cadenas para buscar que quienes están al frente de esas tiendas, den un trato digno a los comaltecos y visitantes. Estoy de acuerdo en que son negocios privados, pero necesitamos que haya más gobierno, sobre todo cuando vivimos los tiempos de la 4T.
También se quejan algunos lectores de que algunos ambulantes se convierten en obstáculo para el libre tránsito de peatones, sobre todo cuando llueve y los que se ubican en el Jardín Principal migran hacia el portal norte, en el cual, cada vez se coloca un mayor número de mesas de los negocios que allí se ubican. Los comaltecos siempre hemos circulado por allí, sobre todo cuando tratamos de evitar la lluvia. Nada justifica que los negocios impidan el derecho humano al libre tránsito. De los que se ubican en el portal occidental, me dicen y es cierto, alguno llega a obstaculizar el paso hacia los cajeros automáticos, sobre todo el de Banorte. El espacio público no debe ser agandallado por los comerciantes. Si se permite que éstos usen el espacio público, debe ser con orden y con respeto a los derechos de la ciudadanía. Alguien (y usted sabe quién) debe vigilar que eso se cumpla.
Los mototaxis también son motivo de quejas: Se les llama para que recojan a alguien, prometen pasar y no lo hacen, según me dicen. No respetan las tarifas que anunciaron es otra queja y, además, que como se les autorizó a realizar viajes colectivos, algunos quieren cobrar por pasajero, sin importar que se trate de miembros de una familia que realizan un viaje acompañados. Así, según me han dicho, resulta mucho más caro que abordar un taxi. Demasiado pronto para que enseñen su carencia de ética y, además, una cosa es que el Ayuntamiento tolere su funcionamiento y otra, que tolere esas actitudes, que resultan criminales. Además, me han dicho que se les ha visto en diferentes brechas del Municipio, cuando se dijo que sólo operarían en las calles empedradas del Pueblo. ¿Quién los vigila?
El DIF, según me han dicho también, recompuso la lista de beneficiarios de las despensas que entrega, y se sospecha que usando fines partidistas y de pago de favores electorales. Si eso es cierto, son actos constitutivos de delito electoral y eso es ahora, un delito grave. Esta columna hace un llamado a los regidores de oposición para que investiguen los dichos y en su caso, los conmina para que actúen y no se conviertan en cómplices. ¿De ese modo trabaja don Aldo para ser candidato de Morena, como ha expresado?
Y la lista de problemas pudiera continuar si tuviéramos mayor espacio. La falta de idoneidad de las autoridades municipales es más que evidente. Si esta columna se convierte en un buzón de quejas, eso refleja que nadie de quienes están obligados a cuidar que la Ley se aplique en Comala, lo hace. Este es un espacio de servicio a la comunidad, pero no puede castigar las más elementales faltas de las autoridades. Comala, para continuar siéndolo, requiere que haya un mínimo de ética quienes ocupan el Ayuntamiento. El pueblo no puede esperar hasta que haya una nueva elección para otorgar su voto a una opción distinta. Los que están, deben actuar; para eso nos cobran y nos cobran bien. No vamos a tolerar que no trabajen y que cuando hacen algo, lo hagan mal. Ojalá, por el bien de todos, se pongan las pilas.
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