LOS CRISTEROS DEL VOLCÁN DE COLIMA
Spectator LIBRO OCTAVO, Capítulo Primero, Se perfilaba el triunfo del movimiento (en 1929 -Enero a Abril),
Inicia “Don Enrique Gorostieta, Desarrollo del movimiento y Magnifica Disposición del Pueblo.”
Viene de la edición # 549
LAS BRIGADAS FEMENINAS
Las abnegadas mujeres, esforzadas vírgenes que proveían a los Cruzados de cuanto a ellas les era dable conseguir, continuaban, en medio de mil peligros y sufrimientos, su heroica tarea. Nada arredraba a estas heroínas, ni la cárcel, ni los golpes, ni la muerte misma.
Sin atender, ni a la delicadeza de su sexo, ni a su edad, iban y venían, forradas completamente de parque que ocultaban bajo sus vestidos, para proveer así a los soldados de Cristo. Este parque era comprado a los mismos enemigos y luego, ocultamente, transportado al campo libertador. La carga ordinaria para cada una de aquellas valientes jóvenes, era de setecientos cincuenta cartuchos de máuser, peso excesivo para una jovencita.
Muchas veces estas niñas cayeron en manos de los enemigos, aunque no todas precisamente llevando cartuchos, pero sí por motivo siempre relacionado con la Cruzada Cristera. La prisión no les causaba desaliento y los sufrimientos de unas servían de estímulo y nuevo aguijón a las otras.
Omitiendo a aquellas de quienes ya se ha hablado por cualquiera circunstancia, he aquí enumerados los hechos heroicos y las duras pruebas de algunas otras:
NOBLES HEROINAS
El 27 de agosto de 1927, el día mismo de la muerte de Tomás de la Mora y casi en unión de él, fueron llevadas a la Jefatura de Operaciones Militares las señoritas Benita Coria, Rosa Avila que era novia de Dionisio Eduardo Ochoa y Consuelo, hermana del mismo.
Las tres, separadamente, estuvieron presas durante algunos días.
El 1° de diciembre de ese mismo año fue de nuevo conducida a prisión la señorita Rosa Avila y, en unión de ella, fueron encarceladas su madre, un hermano, una hermana y una prima. Su casa fue cateada y saqueada por los callistas.
El 18 de abril de 1928 fue aprehendida por los gendarmes del gobernador Laureano Cervantes la señorita María Camarena. En la prisión estuvo siete días. Un año más tarde, en la misma fecha, Laureano Cervantes en persona, acompañado de unos gendarmes, la aprehendió de nuevo y con tan brutales maneras, que un soldado federal qUe se dio cuenta del atropello quiso defenderla, echando en cara a Cervantes -el gobernador- que no era digno de un hombre tratar así a una mujer honrada, más aún en plena calle.
El 21 de agosto de 1928 fue aprehendida la señorita Marcelina Camarena, hermana de María, también por orden del gobernador Cervantes. Casi un año más tarde, el 8 de mayo, fue reaprehendida y se intentaba mandarla a las Islas Marías, pero un amparo logró arrebatarla de las manos del gobernador.
Sin embargo, ella, su hermana María y una sirvienta fueron desterradas del Estado.
Continuará siguiente edición
NOBLES VÍCTIMAS EN COMALA...
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