MVZ RUBÉN ANGUIANO ESTRELLA, VIDA PROFESIONAL DE TENACIDAD Y ÉXITO
En pasado mes de abril del presente año en la revista tierra fértil le hicieron una entrevista como reconocimiento al gran desempeño que ha realizado como médico veterinario de equinos, sin duda bastante interesante porque nos damos cuenta, que a base de trabajo profesional ha sido considerado como uno de los mejores veterinarios mexicanos.
A los 17 años se había trazado el objetivo de estudiar para veterinario y lo hizo en la escuela de medicina de la universidad de Guadalajara con la intención de desarrollarse en forma profesional, así como personal y sobre todo buscar un mejor futuro.
En la despedida que le dieron los familiares y amigos en Comala antes de llegar a la central de autobuses foránea, recuerda un consejo que se le quedo grabado de por vida e hizo de ella una forma de vida.
Le dijeron; “Tu no debes ser un profesional del montón, común y corriente; tú tienes un intelecto que te favorece y no queremos que regreses como un profesional mediocre, tienes que ser un profesional distinguido”.
Sin duda el consejo que le dio ese familiar le puso la “vara alta” y eso es porque le conocían sus aptitudes, ya que destacaba en su desempeño académico y sus diplomas y altas calificaciones así lo distinguían desde la primaria, secundaria y bachillerato.
Para Rubén Anguiano fueron esas palabras un acicate y las tomo como un reto y desde ese mismo momento se exigió a si mismo para ser, el mejor estudiante para responderle a los suyos.
Conforme el camión se alejaba y veía como sus seres queridos y casas de Comala se perdían en el horizonte, su mente recordaba y extrañaba ese paradisiaco lugar en que viviera su infancia y adolescencia; los múltiples momentos agradables con su familia, sus andanzas con los amigos en los bellos campos y calles del pueblo, las zambullidas en los estanques de aguas cristalinas de los ríos que cruzan el pueblo y sobre todo las huertas que les ofrecían variados frutos cuando el hambre llegaba luego de tanto ir de un lado para otro.
En esos tiempos y que al salir de su hogar para prepararse profesionalmente, Rubén recordaba que en su casa había como en “La Arca de Noé”, tenían cerdos, cabras, borregos, guajolotes, gallinas, gallos de pelea, codornices, jejejee de todo. Y que ese pedazo de tierra se lo regaló “Don Fermín” viendo la afición que de chamaco tenía por los animales…. Continuará
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